Inicio Blogs Raquel Wedge McIlroy le ha hecho un flaco favor a Spieth

McIlroy le ha hecho un flaco favor a Spieth

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La ausencia de Rory McIlroy del Open Championship ha sido un varapalo en toda regla. La magia de St Andrews, el origen de todo, se presentaba como el escenario idóneo para asistir a una batalla entre golfistas que no ha hecho más que empezar, pero que ya apunta a mítica en la historia del deporte.

Jordan Spieth y Rory McIlroy se iban a ver las caras con el objetivo de deshacer el empate. Spieth ha ganado los últimos Masters de Augusta y US Open y McIlroy ha hecho lo propio con el Open Championship y el PGA Championship. Tanto monta, monta tanto. Los últimos cuatro majors repartidos en estas cuatro manos. Qué mejor que la casa del Viejo Tom Morris para asistir a un combate de este calibre. Sin embargo, el tobillo de McIlroy nos ha dejado compuestos y sin duelo.

Son muchas las voces que han apuntado en estas últimas horas a que la ausencia de Rory es una excelente noticia para Spieth. Realmente, en plata, con los números en la mano, el joven norteamericano se quita a un muy serio rival en su camino por conquistar su tercer major consecutivo. Eso es innegable y lo firmaría perogrullo. Sin embargo, creo que la lectura debe ir más allá. Al menos, así lo veo yo.

La ausencia de McIlroy es una mala noticia para Jordan. De golpe y porrazo, la mochila de la presión que lleva este joven de 21 años pesa cincuenta kilos más. Y ojo, que ya pesaba una barbaridad. Con McIlroy en el Old course la atención mediática se habría disipado. Es cierto que Spieth, aún con Rory allí, ya habría ido bien servido. Al fin y al cabo, él representa la gran historia de la semana, el hombre que aún puede ganar el Grand Slam moderno, el golfista que podría conseguir algo que nadie antes ha logrado. Sin embargo, la presencia de Rory habría despistado alguna mirada. McIlroy es el Número Uno del mundo, el defensor del título y aún no ha ganado nada importante en este 2015. Es decir, toneladas de presión también hacia el norirlandés. Sin embargo, ahora, con la ‘pata’ quebrada, toda esa presión se traslada al mismo, a Spieth.

Realmente, sólo Tiger Woods podrá quitarle algún protagonismo en las horas previas al torneo. Serán tres días hablando de lo mismo, respondiendo sobre lo mismo y lo que aún es más importante, pensando sobre lo mismo. Si algo ha demostrado el joven texano es que lleva la presión con una naturalidad extraordinaria. En la cuna del golf tendrá una nueva oportunidad de demostrarlo.