Estoy ahora mismo como el agua cuando está a punto de empezar a hervir… Contando ya los días que faltan para volver a competir. Se hace largo el parón en el Challenge Tour, pero bueno, ya lo sabíamos y en lugar de ir tachando fechas en el calendario, lo que he hecho es aprovechar el tiempo para prepararme muy bien tanto física, como técnica y mentalmente.
Hay una cosa que no me he permitido este año respecto al invierno pasado. Recuerdo que me entrenaba más a salto de mata. Ahora hacía gimnasio, ahora pegaba bolas, después jugaba con un amigo 18 hoyos, volvía al gimnasio, al día siguiente no iba… En realidad era más una sensación de ir pasando los días esperando a que llegaran los torneos que otra cosa. Y me he dado cuenta de que no puede ser así…
Por este motivo, este invierno llevo todo mucho más planificado y estructurado. Estoy haciendo un entrenamiento organizado, con unos objetivos y buscando una puesta a punto que es la que me servirá para aguantar luego lo mejor posible la temporada.
Por ejemplo, una de las cosas que hice en diciembre fue ir a Madrid, al centro de excelencia de la Federación para hacerme algo así como una ITV. Me vi con Paco Fernández, preparador físico, con Fran Parrón, que me vio el putt, Salva Luna, que le echó un ojo al swing y estuve planificando el calendario con la ayuda de Pablo Bernárdez. Me ayudaron mucho y estoy muy agradecido a todos ellos. Me ha venido muy bien para saber dónde estoy y a dónde quiero llegar.
Esto no quiere decir que no esté deseando ya que empiece el Challenge, al revés, me muero de ganas de competir otra vez. La próxima semana voy a jugar dos torneos del Gecko Tour, en La Quinta y Calanova. Así me voy quitando el mono un poco… Tengo ganas de probarme, de meterme en ambiente de torneo y, de paso, intentar luchar por el triunfo. Que todo suma.
Da un poco de rabia cómo está estructurado el inicio del calendario en el Challenge. Empezamos en Kenia, casi un mes después jugamos en Turquía y a partir de mayo ya no se puede ni respirar. Cada semana, un torneo. Estaría mejor algo más repartido, pero es lo que hay.
Comenzaré en Kenia a finales de marzo. De hecho, ya estoy con la segunda parte de las vacunas. Voy a viajar una semana antes del torneo porque el fin de semana previo jugamos allí un Pro Am. Me voy con Borja Virto, como en los viejos tiempos, cuando compartíamos equipo y universidad en Iowa State. Me alegra ir antes porque así tendremos más tiempo para adaptarnos. Allí estamos a más de 1.600 metros de altitud y con el calor que hace la bola vuela una barbaridad. Recuerdo que el año pasado me costó mucho acostumbrarme.
¿Sabéis cuál es el problema? Creértelo. La teoría nos la sabemos todos y es muy fácil. Yo me ponía, cogía el libro de yardas y hacía mis cálculos. Vale, con esta altura y el calor, si tengo 200 yardas tengo que pegar el hierro 7. Lo tenía claro. Sin embargo, cuando te pones a la bola, inconscientemente aprietas más el golpe porque ves que el green está muy lejos y ahí viene el error. Esta semana previa y el Pro Am que vamos a jugar nos vendrá muy bien. ¡Os iré contando cosas! ¡Un saludo a todos!
