– Jamie Donaldson (-21) ha reventado los greenes del Amata Spring Country Club (Chonburi, Tailandia) para inscribir su nombre en el palmarés del Thailand Golf Championship, con una tarjeta dominical de 65 golpes, la mejor de la ronda definitiva. El putter del galés ha dejado sin respuesta o sin premio el esfuerzo y las buenas maneras del novato Clement Sordet (-18), así como la remontada de Lee Westwood (-18), cuyo potente parcial de trece menos durante el fin de semana se ha quedado corto para revalidar título.
– Estos tres jugadores fueron hasta el último hoyo los principales candidatos, en vista de que Martin Kaymer (-12) y Sergio (-14) no conseguían poner en marcha un ataque más decidido. Y los tres se llevan premio: Donaldson vuelve a saborear el triunfo tras una temporada mucho más irregular que las anteriores, además de meterse dentro del top-50 y ganarse una plaza en el Masters; Sordet obtiene una valiosa plaza en el Open Championship (se repartían cuatro esta semana en Tailandia); y Westwood también se gana un hueco en Augusta (necesitaba ser al menos segundo empatado para alcanzar el top-50 y eso es lo que ha hecho) y asimismo una plaza en el British que aún no tenía asegurada (también Donaldson la ha conseguido).
– Donaldson ha sumado solo 23 putts el domingo. Vaya ritmo el suyo y menuda manera de correrle la bola sobre el tapete, limpia y serena. Killer de guante blanco. El jueves y el viernes tampoco le fue nada mal en los greenes: 26 y 24 putts, respectivamente. Cuando alguien de su caché alcanza semejante nivel con el putter en las manos, sólo puede seguir la senda del triunfo. No hay otra. Que se lo digan, salvando las distancias, a Jordan Spieth. Sergio, sin ir más lejos, ha jugado de tee a green bastante mejor que el galés, pero anduvo a distancia sideral en cuanto a eficacia en los greenes. Como la mayoría, por otro lado.
– Un putt delicado para salvar el par en el 14, un purito en el 15 para birdie y otro más en el 17 terminaron de componer la victoria del galés, menos sencilla de lo que muestra el resultado final, con cuatro golpes de diferencia sobre los segundos. Porque Sordet aprobaba con nota el examen más duro al que se ha enfrentado y se plantaba en el tee del 17 a un golpe del líder, y porque Westwood siempre se mantuvo en una segunda línea, acechante, a la espera de hincarle el diente a cualquier presa herida que la impepinable presión del domingo le pusiera en bandeja.
– El balance de García esta semana es notable. Sólo le ha faltado un punto de ‘punch’ durante el fin de semana para, como mínimo, haber disputado el triunfo hasta el hoyo 72. Pero su juego ha vuelto a dejar buenas sensaciones. Es muy probable que finalice el año en el puesto undécimo del ranking mundial, a dos tiros de piedra, como quien dice, del nuevo Big Three del golf mundial (Spieth, Day y McIroy) y a uno solo de la fornida y cerrada guardia que protege al trono (los Watson, Stenson, Fowler, Rose o Dustin Johnson). Sergio está ahí, como siempre, que ya es mucho estar. Su acceso a la primerísima plana del golf mundial parece depender, sobre todo, de una vuelta de tuerca en el convencimiento (diario) de que en efecto puede llegar hasta allí.
-Como nota final es imprescindible resaltar el épico logro del joven tailandés Phachara Khongwatmai (-13), que con sólo 16 años se ganaba, primero, una plaza en este torneo a través de la previa del pasado lunes y, después, conquistaba la cuarta plaza en litigio para el Open Championship que se asignaba esta semana. Precocidad y talento. El golf tailandés sigue siendo una excelente cantera.
