Javier Colomo llegó esta mañana al campo Wack Wack de Manila con un extraño dolor en el cuello. Fue directamente al camión de los fisios. Sufría un pinzamiento cervical. Se trató y sin apenas tiempo para calentar ni llevar a cabo su habitual rutina pre-vuelta comenzó su calvario en la primera jornada del Open de Filipinas…
El extremeño sentía dolor en cada golpe. Era como un pequeño pinchazo agudo, muy molesto. De hecho, no las tenía todas consigo en cuanto a poder acabar la vuelta. Sin embargo, aguantó estoico y no sólo finalizó los 18 hoyos, sino que ha conseguido escapar vivo y dejarse opciones mañana de pasar el corte.
Colomo firmó 75 golpes (+3) después de hacer dos birdies, un doble bogey y tres bogeys. Se encuentra en la zona de corte, por lo que mañana, si su cuello no lo martiriza en exceso, tendrá margen de maniobra para jugar el fin de semana y aspirar, por qué no, a una remontada como la de hace siete días en Myanmar.
El otro español en liza, Pablo Herrería, que lleva de caddie a la profesional española Adriana Zwanck, también ha vivido hoy un calvario, pero de otro tipo. Ha sido en los greenes. El madrileño (+6) ha hecho 35 putts con tres 13 greenes en regulación. Una cifra que puede llegar a desquiciar a cualquiera. Necesita una buena vuelta mañana para pasar el corte, aunque si algo demostró en la Escuela de Tailandia es que se mueve como pez en el agua en la situaciones límite.
El torneo está muy igualado. Hay un paquete de seis líderes con -3, formado por Tze-shyan Lu, Azuma Yano, Matthew Rosenfeld, Mardan Mamat, Anthony Kang y Ben Fox.
Los resultados de la primera jornada ya ponen de manifiesto la dificultad del recorrido de Manila. Sólo 19 jugadores consiguieron bajar del par.
