Inicio Grandes Circuitos Asian Tour «Le pregunté por el campo de Filipinas y se echó a reír…»

«Le pregunté por el campo de Filipinas y se echó a reír…»

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Javi Colomo no cierra los ojos desde que se sacó la tarjeta del Circuito Asiático…

Es como uno de esos elegantes perros de caza con las orejas siempre tiesas, olfateando, con el radar permanentemente activado… Quiere beberse todo lo nuevo, aprender rápido y sentirse desde ya como uno más. La adaptación es para otros. Andaba saltando puestos de dos en dos en Myanmar y ya tenía un ojo puesto en Filipinas, siguiente parada de su travesía por el Lejano Oriente.

Ya había visto algo por internet. Tecleó en el ordenador www.wackwack.com. A ver qué nos espera la próxima semana, se dijo. La primera impresión fue extraña. Un campo con guasa, aparentemente muy difícil. Había que confirmar lo que se intuía a través de la 'gallery' de la web. Siempre atento. Preparado.

El azar le hizo un guiño. El sábado de Myanmar quedó emparejado con el filipino Angelo Que. Esas oportunidades no se puede dejar pasar. Entre golpe y golpe y comentario más o menos intrascendente sobre el tiempo y otras cosas, Colomo aprovechó para preguntarle por el Wack Wack Golf And Country Club de Manila. Su condición de experto no sólo viene dada por su calidad de jugador local. Angelo ganó aquí en 2008. Miel sobre hojuelas.

¿Qué me dices del Wack Wack? ¿Qué nos vamos a encontrar la próxima semana?, cuestionó el español. "Me confirmó lo que yo ya había intuido por Internet… Directamente se puso a reír. Ya lo verás. Espérate a estar en el tee del hoyo 8…", le dijo Que.

Colomo llegó el domingo por la noche a Filipinas, feliz por el decimoquinto puesto en Myanmar y por la última tarjeta de 66 golpes, pero con unas ganas enormes de ver al 'monstruo'. Tantas que sólo durmió tres horas. "Los miércoles hay Pro-Am por la mañana por la tarde y no se puede entrenar, así que no quería perder ni un segundo", señala el cacereño a Ten-Golf.

Ha estado lunes y martes de sol a sol empapándose el campo. "Es un desafío continuo. Cada golpe es exigente. Es muy estrecho desde el tee (aprovecha para corregir las estadísticas que calles y greenes que dio el Asian Tour de su última vuelta en Myanmar. "Fueron más de tres calles y más de once greenes, no sé de dónde salen esas cifras", señala). Los greenes son también muy peligrosos. Tienen mucha inclinación y como los pongan rápidos los tres y cuatro putts van a caer a más de uno. Como te quedes por encima del hoyo estás casi muerto", explica Javi.

La hierba es otro elemento que jugará un papel importante esta semana. Es rara. Al menos para los que no están acostumbrados. "Es muy gorda. Tendrá como un centímetro de grosor. Es una especie de grama, más gorda incluso, aunque más suave, claro. Como si fueran hojas de lechuga. Y son así en todos lados: en las calles, los greenes, el rough…", afirma.

Y llegamos al famoso hoyo 8 (se puede ver la foto en su Twitter). Un par 3, para más señas. "Estaba en el tee y casi no me lo podía creer. Tienes que pegar un hierro 5 ó 6 y te recibe un green en forma de flan. Es dramático. O pegas el tiro perfecto o no te quedas arriba. Será el hoyo más difícil del torneo", señala.

El diseño del Wack Wack es más o menos como su propio nombre. Extraño. "Tiene dos pares 3, dos pares 5 y catorce pares 4. No tiene hoyos de recuperación. Los dos pares 3 son de hierros largos. Por lo que he visto estos dos días y por los años anteriores, se va a ganar con poco. Un resultado alrededor de par es bueno", anuncia.

Pese a todo, Javi llega en un gran momento, con mucha confianza. "Sabía que estaba rondando una vuelta como la del domingo porque estoy jugando bien. De hecho, sentía que el campo me estaba robando golpes durante la semana. Al final, entraron los putts y lo que todo salía en contra los tres días anteriores, fue normal. Ha sido una buena experiencia y estoy súper contento. Me he demostrado que puedo competir aquí, aunque no hay que creerse nada. Esto no ha hecho más que empezar y hay que seguir aprendiendo", afirma. Siempre con los ojos muy abiertos.

Por todo ello, cuando a Colomo le cuentan que hay un futbolista eslovaco en Primera división que no triunfa porque no termina de adaptarse a las costumbres españolas, directamente le entra la risa. Sí, como al bueno de Angelo.