Álvaro Velasco ganó el Cordon Golf Open en Francia el domingo y hoy ya está en Irlanda para afrontar una nueva prueba del Challenge Tour. El golf no para. Ni siquiera da tiempo casi a saborear una victoria. Es así y los jugadores lo saben. Mucho más uno con la piel curtida como Velasco.
Precisamente, esa piel curtida, esa experiencia, esa veteranía es la que le permite entender que todo puede pasar en este deporte. Que todo cambia de una semana a otra. Álvaro ganó después de fallar siete cortes consecutivos. ¿Y qué? No se devanen demasiado los sesos por entenderlo. La realidad es que la línea entre la buena y la mala tarjeta es mucho más delgada de lo que puedan creer.
Velasco nos atiende desde Irlanda a 24 horas de empezar el torneo. Es una charla muy interesante, un paseo más por esos misterios insondables del golf. Porque a veces las respuesta es que no hay respuesta. O quizá sí…
De siete cortes consecutivos a ganar el torneo con una vuelta de 62 golpes, ¿alguna teoría?… «Diría que el golf es el deporte de la inconsistencia por excelencia. Cada golpe es una historia nueva, cada hoyo es una historia nueva, cada día, cada semana… ¡Hay que estar preparado para todo! Esto es lo que hace este deporte tan difícil y a la vez tan apasionante. Cada momento es único y tenemos la convicción de que algo excepcional puede suceder».
Aseguró tras la victoria que había encontrado algo en Francia, ¿podría profundizar un poco más?… «Lo que encontré en Francia… es un poco difícil de explicar y también de entender. Soy un jugador muy de sensaciones y he estado mucho tiempo jugando con malas sensaciones (dolores puntuales, molestias o simplemente malas sensaciones). Digamos que llevo un tiempo buscando estar en un estado físico y neuromuscular óptimo que me permita tener buenas sensaciones de forma regular para poder jugar a mi mejor nivel. Últimamente era capaz de conseguirlo días puntuales, pero en Francia lo conseguí prolongar durante varios días».
¿Cambia de alguna manera el modo de enfocar la temporada tras el triunfo?… «Quedar entre los 15 primeros y sacar la tarjeta del Tour siempre ha sido el objetivo principal. La única diferencia es que ahora estoy un poco más cerca y mucho mejor preparado».
Los últimos meses han sido complicados en cuanto a resultados, ¿llegó a desesperarse o pensó en tirar la toalla en algún momento?… «No, nunca. Han sido unos meses o años complicados, pero a la vez muy enriquecedores. Tenía muy claro lo que buscaba y con el tiempo he ido aprendiendo cómo conseguirlo. Era una cuestión de fe, trabajo, paciencia y tiempo. El apoyo de mi familia, amigos y equipo también ha sido muy importante».
¿Apuntamos el 62 del domingo como la mejor vuelta de su carrera?… «No diría que fue la mejor vuelta de mi vida pero sí en el top 5. Una vuelta que nunca olvidaré. Las sensaciones… Estaba donde quería (para ganar un torneo) y como quería estar (con buenas sensaciones), a partir de ahí, ¡era todo jugar y disfrutar!»
