Sergio García (-3 en el día, -9 en el total, con tres golpes de diferencia sobre el segundo clasificado, el norteamericano Steve Stricker) saldrá mañana domingo en el partido estelar de un grande, lo que ya había conseguido dos veces, aunque por primera vez en su carrera lo hará como líder en solitario. Enseñando a todos la matrícula. Y haciéndolo en el 'major' entre los 'majors'. Es muy fuerte. Muy bonito. Verdaderamente emocionante para los amantes del golf en nuestro país (y en Europa, porque hoy Sergio es abanderado también de todo el Viejo Continente, pueden estar bien seguro de ello)…
¿Cómo se maneja una situación así? Habrá quien aconseje al jugador español que vaya a lo suyo, que no se fije en los demás, otros le dirían que adopte desde el comienzo una postura conservadora y sólo arriesgue si la situación lo requiere… En realidad, suponemos (sólo suponemos, porque el 'chutazo' de adrenalina casi no nos deja razonar adecuadamente…), que Sergio debe seguir la senda que ha recorrido hasta hoy en Carnoustie. El castellonense ha dado una lección táctica a lo largo y ancho del torneo, mostrando una versatilidad de juego imponente y necesaria en este recorrido. Su magnífica puesta en escena del jueves le ha permitido arrojar lejos el lastre de la ansiedad y, además, ha sacado la magia en los escasos momentos en los que la situación se había complicado de verdad (ejemplos: el 'approach' en el hoyo 1 del viernes, desde el rough y sin apenas green para maniobrar, o el de hoy en el 17, después de 'noquear' a un fotógrafo con su segundo golpe desde 220 metros, con lo que descentran situaciones de este tipo…).
Otra vez se pone Sergio a tiro de ganar un Open. Ojalá pudieran darse cuenta él y Miguel Ángel Jiménez del magnífico espectáculo que nos han brindado hasta hoy… El mundo, los planetas, las constelaciones, todo parece girar en torno a la idea de ganar, y desde aquí no podemos oponernos a estas leyes
torpemente escritas por el hombre. Queremos que Sergio gane por encima de cualquier otra cosa, pero por si sirve de algo, vaya por delante: gracias, Sergio y Miguel, por estas tres jornadas. Y ahora, como diría un americano muy americano en una película de serie B: "salid ahí y demostrad quiénes sóis".
Jiménez (-2) estuvo ahí toda la jornada, y aún está en disposición de hacer grandes cosas, incluso de aspirar a la victoria si Sergio fallara, porque se encuentra a un solo golpe del amplio pelotón de terceros clasificados, todos ellos con -3: Di Marco McGinley, Cink, Harrington, Els, Broadhurst y Choi. Se lió en los hoyos 14 y 17 cuando llevaba una tercera vuelta muy controlada y bajo par, respondiendo al mismo guión de jueves y viernes. Por un momento llegamos a soñar con ese partido estelar formado por los dos españoles…
Steve Stricker (-6 después de una vuelta de 64 golpes, la mejor del torneo) enseguida convirtió el sueño en pesadilla. Pero es que este norteamericano, tan poco mediático, tan de andar sin hacer ruido, juega al golf como los mismos ángeles. Es muy seguro y su repertorio con los hierros asusta. Ayer, además, apuntó con otra de sus armas: el putter. Tiger Woods (-1), sin embargo, parece haber dejado ir el tercer grande de la temporada, pero mañana rugirá saliendo muy por delante de los últimos partidos y dejando, seguro, un listón alto en su llegada a casa club. Incluso en un momento como el actual, en el que se le ve tan incómodo sobre la bola, apostamos por ello.
Las condiciones climatológicas tienen, como siempre y más en un Open, mucho que decir. Las previsiones, hasta hoy, han fallado más de la cuenta, porque ayer no llovió tanto como se predijo, ni sopló tanto el viento. Estábamos todos temblando porque el 'epicentro' del mal tiempo se iba a concentrar en el inicio de la ronda de Sergio, pero sólo cuando el partido del de Borriol llegó al 18 se puso a jarrear. Para mañana la previsión habla de un día más bien tranquilo en el inicio de la jornada, con posibilidad de fuertes chubascos por la tarde y sin que el viento sobrepase los 8 kilómetros por hora de fuerza… ¿Ustedes se creen algo? En todo caso, el ganador del torneo debe estar en los últimos cinco o seis partidos, y entre éstos las diferencias en las condiciones quizá no varíen demasiado…
A las 15,20 horas de la península sale Sergio. Aproximadamente una hora antes, Miguel abrirá fuego. Nos encantaría contarles lo que Severiano y José María Olazábal les van a decir, especialmente al líder, en las horas previas… Y nos encantaría, a eso de las 20,00 horas en España, ver a Sergio llorando en el hombro de su madre, tal y como hicera hace ocho años después de firmar un 89 en Carnoustie… Esta vez de alegría.
Ver resultados:
http://scoring.opengolf.com/leaderboard.sps?itourno=2007060&optsel=pos
