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El Open te debe una

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ImageSergio García estuvo muy cerca de ganar el Open Británico, más cerca imposible. Sólo un milímetro impidió que la bola del español cayera al fondo del hoyo 18 para evitar el dramático desempate con Padraig Harrington. Pero la bola no quiso caer, el toro que llevaba impreso resbaló por el borde y se salió por la derecha. El peor momento para irse a buscar las tablas…

Esa media corbata fue como un directo en el mentón de todos los españoles que se pegaron a la pantalla durante todo el domingo. Como ya hicieran en su día con Ballesteros, con Olazábal, con Nadal, con Indurain, con Perico, con Arantxa, con Nieto, con Alonso… Con todos aquellos que nos han hecho soñar, vibrar, disfrutar, sufrir, gritar, apretar los dientes, mordernos las uñas…

Sergio eres un grande. ¡Gracias por todo lo que nos has dado este fin de semana! Por las lecciones de golf y por las otras. Por saber ganar cuando eras un líder incontestable y, cómo no, por saber perder. Harrington, el mejor jugador del circuito europeo el año pasado y uno de los mejores del mundo, se impuso en el play off por sólo un golpe de diferencia. Sergio luchó siempre, dio la cara y se rehizo cuando cualquier otro se hubiera derrumbado.

Empezó la jornada tranquilo, seguro, firme. Hizo birdie en el hoyo 3 y conseguía algo que nadie en este British ni siquiera olió: colocarse en doble dígito (-10). La vuelta se tuerce a partir del hoyo 5. En cuatro hoyos suma tres bogeys y coincide con muy buenas rachas de Ernie Els, Andrés Romero y Padraig Harrington. La clasificación se aprieta y algún listo empieza a darse golpes en el pecho al grito de ya sabía yo que esto pasaría. Pero no. Sergio no se hunde. Levanta la cabeza, coge aire y vuelve a recuperar su magia. Empieza a dejarse una opción de birdie tras otra. Pero el putt, ése que tan bien funcionó los tres primeros días, andaba caprichoso. Romero y Harrington toman ventaja. Sergio ya no es líder, pero no se derrumba. Continúa mirando hacia adelante y hace birdie en el 13 y el 14 para pegarse a Harrington. Romero se cae de la pelea con un dramático hoyo 17.

Carnoustie tiene algo especial, una mística. Le acompaña el drama y aún tenían que pasar muchas cosas. Harrington se fue al agua dos veces en el 18. Alguno se acordó de Van de Velde, pero el irlandés tiene recursos y, a pesar de tanto revés, firma del doble bogey y le abre la puerta a Sergio para ganar el British. Le sirve el par en el 17 y el 18. Lo hace de forma magistral en el penúltimo, con opción incluso de birdie. Llega el último hoyo. Hierro fantástico desde el tee. La bola se queda en calle, aún algo lejos del green. El segundo golpe acaba en el bunker. Buena sacada, pero el putt no quiere caer.

Sergio no da crédito, pero levanta la cabeza, mira hacia adelante y se dirige al hoyo 1, un par 4, a jugar el play off de desempate (al mejor de cuatro hoyos). Harrington hace birdie y Sergio bogey porque otro putt juguetón pasa rozando el hoyo sin caer. Dos abajo. Harrington sonríe y Sergio busca la concentración. Tampoco se derrumba, levanta la cabeza y se dirige al 16, un par 3. El irlandés hace el par. Sergio lanza un tiro estratosférico desde el tee que pega en la bandera. Pero la bola no queda muerta, sale disparada a la izquierda y se conforma con el par. El putt de birdie encontró la línea, pero se quedó corta. En el 17, otro par 4, ambos jugadores hacen el par y todo queda pendiente para el 18. Harrington es conservador. Sale con híbrido y después juega corto. No quería saber nada de la ría donde acabó su bola apenas una hora antes. Sergio sale con todo. Drive que se marcha a la izquierda, al rough. No está mal colocada, pero necesita un hierro 4 excelente. Y lo fabrica. Se deja una oportunidad de birdie de algo más de seis metros. Harrington hace el bogey y Sergio se deja la opción de forzar otro desempate, éste a un hoyo en el 18. El putt lleva la fuerza de toda España, la ilusión, pero el toro vuelve a hacer un quiebro al agujero y retrasa un triunfo que a buen seguro acabará consiguiendo Sergio. Harrington acabó con la sequía europea en los grandes, que duraba desde 1999, cuando Paul Lawrie se impuso en este mismo escenario, en Carnoustie. Miguel Ángel Jiménez acabó 12º y se garantiza su participación en el British el próximo año.

Algunos dirán que el de Borriol falló, pero el que estaba jugando el desempate era él. No era Tiger, no era Mickelson, no era Furyk, no era Vijay, no era Adam Scott, no era Luke Donald…

El British le debe una a Sergio y se le va a devolver, porque el mejor torneo del mundo paga sus deudas a los buenos. Y Sergio García es uno de los mejores. Gracias, niño.