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Es imposible no hablar de él…

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Nos encantaría ser muy originales e interesantes y hablar de alguien que no fuera Tiger Woods, de algo que no fuera su juego, su capacidad de concentración, su mística, su ambición…

Nos encantaría contarles otra cosa que no tuviera nada que ver con él, porque la condición humana es tan miserable que hasta llega a aburrirnos la excelencia… Nos encantaría, pero es imposible. Hoy es imposible. Como lo es no citar a Retief Goosen, la mejor tarjeta de la jornada de largo (70). Pero el sudafricano había hecho dos 76 el jueves y el viernes. Esa es la diferencia. El Tigre acecha el 'major' del que contará más batallitas a sus nietos, no les quepa la menor duda.

El debate es: ¿a qué aficionado le gusta ver a sus ídolos pasándolas canutas, jugando en unas condiciones terroríficas? Opiniones habrá para todos los gustos… Aquí va una: como excepción, no es ninguna tontería ver a los mejores jugadores el mundo enfrentarse a una de las jornadas (de los torneos) más difíciles de su carrera deportiva (tampoco exageremos, hay días de golf que se pasan con más penurias que las de ayer en el Augusta National, lo que ocurre es que esto es el Masters…). Respondan a estas preguntas: ¿se acuerdan de Michael Jordan jugando ante Utah Jazz con 38 grados de fiebre un partido decisivo de la final de la NBA? ¿Quién en su sano juicio podría desear ver a Jordan jugar habitualmente con 38 grados de fiebre? Y sin embargo, ¿forma parte de la leyenda-Jordan aquel partido o no? Pues quizá vayan por ahí los tiros…

Es evidente que el fenómeno Woods nos deslumbra a todos. Ya hemos citado a Goosen y podríamos citar a Lee Westwood, que también entregó ayer, igual que Tiger, una tarjeta al par del campo. Pero el que siempre está ahí, el que se va al agua y cierra el hoyo con par, es Woods. No nos cansemos nunca de cantar las excelencias de los más grandes, aunque el morbo nos empuje a 'excitarnos' más con sus descalabros.

 Y no nos vayamos a la cama sin acordarnos de Jiménez y de Olazábal. Se portaron como unos jabatos. Lo suyo es callo. Y su experiencia puede ser decisiva el domingo. Ojo porque la cosa está abierta. Ni Chema (+11) ni el 'Pisha' (+12) van a ganar el Masters, por supuesto que no, pero tienen mucho que decir. Y, sea cual sea el puesto en el que terminen, seguro que también será uno de los 'majors' del que más batallitas cuenten a sus nietos.