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Álvaro Quirós se divierte tocando ‘heavy metal’ sobre el alambre

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Álvaro Quirós y su caddie, Edu Larrañaga, durante la tercera ronda del Trofeo Hassan II. © Phil Inglis | Golffile
Álvaro Quirós y su caddie, Edu Larrañaga, durante la tercera ronda del Trofeo Hassan II. © Phil Inglis | Golffile

Álvaro Quirós (-7) aguanta como líder en solitario en el Trofeo Hassan II después de la tercera jornada. Una ronda al par del campo le ha valido para ello, aunque las cosas no pueden estar más apretadas. Digamos, por ponerle cerco al campo, que todos los que están ahora mismo bajo par, y son 21 jugadores, pueden tener opciones de victoria en la ronda definitiva. Así es porque en el Red course del Royal Golf Dar Es Salam caben desde el 66 que ha entregado hoy Mikko Ilonen (-6), hasta registros mucho más altos sin que haya que jugar horrorosamente mal para hacerlos. De hecho, en el recorrido de Rabat es muy delgada la línea que separa una vuelta sólida de uno o dos bajo par y otra inflada hasta el dos, tres o cuatro arriba…

Álvaro Quirós. © Phil Inglis | Golffile
Álvaro Quirós. © Phil Inglis | Golffile

El ejemplo más claro ha sido el último tercio de la ronda de Quirós, que ha defendido heroicamente su posición en un tira y afloja vertiginoso y excitante. En este tramo firmaba un parcial de PAR, pero igualmente podía haber sido de +4 y también de -2.

Campillo y Oriol no estuvieron nada lejos de hacerse un Ilonen

Así, a vuela pluma: en el hoyo 13 sacaba un bogey de oro y diamantes tras fallar la salida y encadenar semifallos en el segundo, tercero y cuarto golpe (lo dejamos en ‘semi’ por la enorme dificultad que entrañaban todos y cada uno de los golpes); en el 14, par 3, firmaba un par glorioso tras freír un huevo frito en el bunker; en el 15 producía un birdie merecido, pero tremendo también por la fuerza desmedida que imprimió al putter (si no entra, la bola se sale del green con toda seguridad); en el 16 salía con un buen bogey que también pudo haber sido perfectamente un par de Matrícula si emboca un putt de metro y medio, en el 17 se marchaba con un par que debió ser birdie (astuto disparo desde el tee a una bandera de mírame y no me toques), y finalmente en el 18, par 5, el tiro del día, un hierro 4 de locura de segundo tiro a green, bien mereció un eagle, pero la bola se quedaba asomada al balcón…

VÍDEO: Un golpe sideral que vale un liderato

Toda una pequeña epopeya que a su vez trae excelentes noticias, porque en la hora de la verdad, cuando la vuelta se podía haber torcido quién sabe si definitivamente para alejar al de Guadiaro antes de tiempo de una oportunidad de triunfo, en esa hora decisiva han aparecido el nervio, la garra, ese punto de rebeldía necesario… Y hasta la sonrisa. Durante esa media hora larga tocaba remar, más que lamentarse, y ha remado, vaya si ha remado. Quirós, al fin, volvía a desmelenarse sobre el alambre con el más ‘heavy metal’ de sus repertorios.

Álvaro Quirós. © Phil Inglis | Golffile
Álvaro Quirós. © Phil Inglis | Golffile

Quirós, al fin, volvía a desmelenarse sobre el alambre con el más ‘heavy metal’ de sus repertorios

Álvaro ha finalizado la ronda exhausto, igual que Edu Larrañaga, el caddie que, entre otras cosas, está apuntalando esta semana muchas caídas en los greenes. Quería Quirós ir a pegar bolas después de atender a los medios, pero apenas ha podido dar un puñado. Y con las energías justitas. Todo tiene su explicación, porque las costumbres se pierden y al español le faltan horas de vuelo en las alturas en los últimos tiempos: tras ganar en Sicilia hace once meses sólo había pasado hasta hoy tres cortes en 19 torneos, y en ninguna de aquellas tres excepciones (salvo quizá en Qatar) anduvo el sábado y el domingo en la zona caliente. Por eso, todo lo que ha ocurrido hoy, pase lo que pase en la jornada definitiva, tiene ya un valor añadido de cara a un futuro inmediato.

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