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El golfista de Guadiaro, 'partido a partido' en busca del triunfo en el Rocco Forte

Álvaro se agarra al discurso del Cholo versión golf

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Álvaro Quirós © Golffile | Thos Caffrey
Álvaro Quirós © Golffile | Thos Caffrey

Álvaro Quirós concluyó la tercera ronda del The Rocco Forte Open como líder destacado, con cinco golpes de ventaja. Sin embargo, prefirió ser prudente e ir ‘partido a partido’, siguiendo la teoría del Cholo Simeone, para evitar lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo. Sobre todo, tras sufrir las dificultades del fuerte viento que sopló hoy en el Verdura Golf Club.

«Hoy fue mi peor día de golf, tengo que reconocerlo. Desde el tee fui más irregular de lo normal, aunque jugué con las mismas intenciones, tratando de luchar hasta el último hoyo. Aunque con el putt creo que estuve bien de nuevo», reconoció el golfista de Guadiario nada más terminar su tercera ronda del torneo.

«Fue complicado patear por culpa del viento, que soplaba realmente fuerte y la percepción de los greenes cambiaba constantemente en función de su intensidad. Pero estoy satisfecho del lugar en el que estoy de cara al domingo», añadió Quirós.

«Lo más importante, desde mi punto de vista, es que la mayoría de jugadores hemos competido bajo las mismas condiciones de viento, que es lo más justo. Si mañana el viento sopla como hoy o algo más suave, intentaré hacerlo lo mejor posible, que al final es lo único que importa», señaló el líder.

«El golf es un juego muy difícil, nunca sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina. Como digo, he tenido mucha suerte esta semana. Si no me equivoco, no he tenido ni una sola bola ‘injugable’, y eso con estas condiciones de viento es bastante afortunado. Si mi juego sigue más o menos al mismo nivel y sigo poniendo de mi parte, tendré posibilidades hasta el final», sentenció.

Para terminar, Quirós explicó cómo fue el maravilloso golpe con el que recuperó una situación muy complicada en el 18: «Tuve mucha suerte de terminar en el camino de los coches y no en el montículo de detrás del green. Una vez allí, la visión era limpia, aunque el alivio era un poco incierto, nunca sabes qué puede pasar ahí. Así que pensé que con el viento, podría terminar unos seis o siete metros más allá del hoyo, y pegar un par de putts para bogey. Pero afortunadamente golpeé muy bien la bola y terminó a medio metro del hoyo».