– Vaya por delante: será complicado que el Andalucía Valderrama Masters se incorpore pronto a las Rolex Series. Pero esa es la idea, la intención y el gran objetivo. El escenario y el ambiente lo merecen. O mejor dicho: lo demandan. La cita de esta semana con un field de Rolex Series puede ser un cañonazo, muy en la línea de aquellos maravillosos Volvo Masters, pero aún más completa y redonda.
Pese a las dificultades, enormes, para encontrar ese espónsor potente y comprometido, hay margen para el optimismo. Esta semana se ha visto, escuchado y palpado movimiento. El European Tour se está moviendo y Valderrama también. La Federación, según ha explicado a los jugadores y a los periodistas, asegura que también lo está haciendo… En todo caso, esa sería otra batalla, la del Open de España, cuyo retorno a día de hoy más parece una quimera que otra cosa. Decíamos que el circuito europeo y Valderrama se están moviendo en serio, en la buena dirección, pero de momento no se puede adelantar ninguna noticia concreta el respecto. Por desgracia. Permanezcan atentos a sus monitores…
Este domingo casi han entrado quince mil personas en Valderrama y el acumulado ha superado las cuarenta mil… Son números muy mejorables, pero más que decentes. Muy interesantes.
– Un torneo que marcha camino de las Rolex Series y un jugador Adrián Otaegui (-1), que marcha camino de su primera final en Dubai. Qué pena ese doble bogey que firmaba en el hoyo 18, porque su vuelta estaba siendo de órdago. Lo fue de todos modos, pero menos. Al joven vasco se le pone día a día cara de jugadorazo. ¿Será capaz entre lo que queda de 2017 y, luego, en 2018, de asaltar la fortaleza del top-100 del mundo?
– Pablo Larrazábal (-1), igual que Otaegui, se ha quedado a las puertas del top ten. Hoy ha luchado como un titán por un premio mayor, pero al menos le ha ganado al campo. El triple bogey del sábado en el 15 ha marcado por desgracia su torneo, porque en ese momento se estaba metiendo en la pomada de verdad… El barcelonés, a pesar de los pesares, se lo ha pasado en grande y ha disfrutado de una conexión especial con los aficionados españoles. Una conexión buscada a conciencia en estos tiempos de zozobra e incertidumbre en su querida Barcelona y en toda Cataluña, por lo que tiene aún más valor y lleva más carga emocional.
