Este año, de momento, ningún espónsor ha ‘confiado’ en la gorra de Jorge Campillo como escaparate adecuado. “Debe ser que no gusto…” asevera el extremeño entre resignado e irónico minutos después de firmar la mejor tarjeta del día en el Abu Dhabi Golf Club, un 64 al que sólo han llegado hoy dos ‘killers’ como Dustin Johnson y Branden Grace y que le ha llevado hasta la segunda posición, a sólo un golpe del líder, Thomas Pieters (-12), que esta mañana entregaba un 65 casi tan bueno. El día es espléndido, perfecto, pero hay que ponerse ahí a sumar hasta ocho birdies y sin errores como ha hecho el español… Ya veremos si alguien lo repite o mejora en el turno vespertino de juego.
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Gustar, gusta, y mucho, lo que está haciendo Jorge en el campo. “Ahí es donde hay que hablar, como dice Cristiano Ronaldo”, señala. Pleno de confianza, creyendo en sí mismo y en el duro trabajo que ha llevado a cabo este invierno. Su caddie, Borja Martín Simo, asegura que nunca en años había visto a su jefe y amigo con tanta confianza en el campo. “Desde los tiempos de universitario”, puntualiza con sorna, aunque hay mucha verdad en ello. No olvidemos que Jorge Campillo anduvo nominado para el Ben Hogan Award en 2009, premio que distingue en Estados Unidos al mejor jugador universitario del año, el mismo que Jon Rahm ha ganado dos veces; no olvidemos que el extremeño era un pilar básico en el equipo de la universidad de Indiana, con quien ganó una pila de torneos en categoría individual, y que es el segundo mejor jugador de la historia de aquella universidad; no olvidemos, en definitiva, que Campillo llegó a ser número 2 del mundo amateur. Como decíamos, su confianza anda subiendo peldaños de dos en dos, aunque el cambio mollar en el swing (“se me cruzaba el palo arriba”, nos explica) todavía tiene que terminar de pulirse para asumirlo en la propia naturaleza de su juego.
Este sábado, además, va a tener que poner a prueba esta exuberante y recién conquistada confianza en circunstancias de máxima presión, pues lo normal es que salga en el partido estelar junto a Thomas Pieters. No es la primera vez que lo hará un sábado o un domingo, aunque tampoco ha sido un habitual en estas posiciones a lo largo de su carrera. Necesita romper esa barrera, sentirse de nuevo un ganador, como en Indiana, o verse con opciones hasta los últimos hoyos, aunque luego, incluso, la balanza no se decante hacia su lado, porque hay algo en su perfil de persona y de jugador que nos dice que será complicado bajarle de ese burro cuando al fin se guste en estas situaciones. Entonces veríamos qué pasa con su gorra…
