Hace dos meses, un 4 de marzo, Jorge Campillo (-14) comenzaba a darle la vuelta a su temporada en una última jornada maratoniana (jugó aquel día más de treinta hoyos) y ventosa en Omán. Entonces, sólo un final inspiradísimo de Kurt Kitayama, que embocaba dos puritos en la recta final, le privó de haber salido al menos a jugar un desempate multitudinario. En realidad, aquella semana él ya había sido uno de los mejores desde el tee, el mejor con los hierros (con mucha diferencia) y hasta con el putter en la mano, otrora su gran pesadilla, pero un desgraciadísimo séxtuple bogey en un par 3 le impidió comandar el torneo con suficiencia y hasta ganarlo.
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Sin embargo, algo había cambiado. Desde entonces, rara ha sido la semana en la que no ha estado peleando hasta el final por el triunfo, cuando no por un puesto notable y destacado. Así, hasta llegar a su trabajada, celebrada y primera victoria en Marruecos, hace unos días…
Y así continúa, esta vez en China, después de haber firmado un 68 en la tercera ronda que lo ha situado en segunda posición, dentro del partido estelar del domingo, aunque sea a tres golpes del líder, Benjamin Hebert (-17), que hoy, por los segundos nueve hoyos del Genzon Golf Club (Shenzhen, China), ha recreado la versión del más joven, lozano y eléctrico Tiger Woods.
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El galo, que pasaba por el meridiano de la ronda sin pena ni gloria, saldaba la segunda mitad del recorrido chino, sin duda alguna la más complicada del campo, con un parcial de ocho menos (28 golpes) que aún podía haber sido mejor. No es broma ni literatura barata: aún podía haber sido mejor, puesto que andaba cerca de embocar desde la calle en dos pares 4 y, en medio de semejante despliegue anotador, el putt más largo que enchufaba era de unos cinco o seis metros, para hacer eagle en el hoyo 17. Si mañana es capaz de reunir sólo una cuarta parte del acierto y la determinación mostrada en estos nueve hoyos, su primer triunfo en el circuito europeo será un hecho. Y ya va siendo hora también, después de las seis victorias que suma en el Challenge Tour.
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La cuestión es esa, que quedan 18 hoyos por delante, los de la verdad. Y que ya se ha visto hoy lo que puede ocurrir con un líder destacado en un visto y no visto: Ashu Wu (-13) se había subido al tee del 12 en pleno control de la tabla y el torneo, muy destacado en la primera posición, pero encadenaba cuatro bogeys seguidos y el dique saltaba por los aires.
La cuestión también es que la lista de candidatos dispuestos a aprovechar cualquier titubeo del francés es amplia y granada, comenzando por el propio Campillo, que hoy entregaba ese 68 sin haber hecho nada especial, tal es su nivel de solidez. Y continuando por Mikko Korhonen (-14), por un renacido Victor Dubuisson (-12), que viene enseñando claros síntomas de mejoría en sus últimas comparecencias, el mismo Wu, que clama revancha, el finés Pulkkanen (-11)… Y Nacho Elvira (-11). Sí, también Elvira.
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La relación entre el cántabro y los pares 5 del campo no anda fluida esta semana y su parcial en estos hoyos después de tres rondas es de PAR. La diferencia es notoria con los hombres que le preceden o igualan en la clasificación: Hebert suma en los hoyos largos un acumulado de -7, Dubuisson de -8, Pulkkanen de -5 y Korhonen, Wu y Campillo de -4… No es tan sencillo como una regla de tres, pero el juego del español está ahí, a punto de caramelo, y si consigue sacarle rédito a los pares 5 el domingo, quizá se procure una postrera opción.
De momento, Nacho va a salir en el penúltimo partido de una última jornada que se va a disputar en partidos de tres, saliendo por ambos tees y que adelanta sus horarios por las malas previsiones meteorológicas (el partido estelar sale a las 3,21 de la madrugada, horario peninsular español, y Movistar Golf arranca la retransmisión a las 4,30).
