Cameron Smith (-14) y Marc Leishman (-11) pelearon juntos hace una semana por ganar la Copa del Mundo. Codo con codo. Compartiendo cada lectura en los greenes, apoyándose, animándose, empujándose, jugando como dos hermanos que buscaban la victoria para Australia. Y lo pelearon bien. Muy bien. Acabaron en segunda posición por detrás de una Bélgica intratable.
El destino, tan caprichoso a veces, ha querido que apenas siete días después vuelvan a jugar juntos un domingo con opciones de victoria. Pero claro, está vez el escenario es radicalmente diferente. Ahora son enemigos íntimos. Ambos competirán en unas horas por ganar el Australian PGA Championship. Uno contra el otro. Sin cuartel. Con el cuchillo entre los dientes. Si te he visto, no me acuerdo…
El torneo se ha convertido en un claro mano a mano entre Smith y Leishman, por otro lado el panorama soñado por cualquiera en el RACV Royal Pines Resort. Son los dos mejores golfistas según el ránking mundial y los dos australianos. Parece difícil que la victoria se les escape a uno de ellos, ya que la tercera posición, compartida por Matthew Millar y Harold Varner III, está en -7, a seis golpes del liderato y cuatro de Leishman.
Smith, que ya era líder el viernes, ha reforzado su posición con una vuelta de 67 golpes, la mejor del día. Está jugando como una apisonadora. Lleva 33 hoyos sin cometer bogey. Tiene a tiro convertirse en el primer jugador que repite título en el Australian PGA Championship desde Robert Allenby (2000 y 2001).
Mientras, Leishman busca su primera victoria en el PGA Tour Australasia. Es curioso, pero nunca ha ganado en la primera división de su casa, a pesar de que tiene ya doce victorias internacionales en su palmarés y cuatro de ellas en el PGA Tour.
