Hoy, como ayer, el líder de la mañana en el Open de Francia ha terminado siendo líder al final de la segunda jornada. Marcus Kinhult (-6), el joven sueco que el mes que viene cumplirá 22 años saldrá el sábado en el partido estelar junto a Chris Wood (-4).
Hoy, como ayer, el golf español se ha hecho sentir en el Golf National. Más y mejor que ayer, incluso. Porque a las sombras alargadas de Jon Rahm (-3), Pedro Oriol (-1), Sergio García (PAR) y Nacho Elvira (PAR), que se habían proyectado allá arriba en el turno matutino de juego, se ha unido por la tarde la de Álvaro Quirós (-1), que entregaba una de las mejores tarjetas del día (67 golpes) para ganar cincuenta puestos en la tabla y entreabrirse las puertas de la gloria.
Rahm toma asiento en el palco de autoridades del Open de Francia
De tanto en tanto Quirós tiene estas cosas. Viene el de Guadiaro de fallar los últimos cuatro cortes, pero también debe recordarse que su mejor resultado del año, aquel segundo puesto en Marruecos, se cocinó en uno de los campos más complicados de la temporada, el Royal Golf Dar Es Salam de Rabat… ¿Será capaz de repetir en otra de las plazas-hueso por excelencia, la del Golf National?
¿Por qué Álvaro Quirós precisamente ha rendido en estos campos tan exigentes? ¿Es pura casualidad?
Aunque quizá las preguntas clave sean otras: ¿por qué precisamente ha rendido en estos campos tan exigentes? ¿Es pura casualidad? ¿O es que es en este tipo de escenarios donde ha alcanzado un nivel óptimo de concentración y equilibrio? Y si es así, ¿por qué? Por desgracia, no parece haber una respuesta concreta a ninguna de estas cuestiones, entre otras cosas porque el propio jugador no lo tiene muy claro. Hoy, en todo caso, y es un hilo interesante del que tirar, se había propuesto no estar pendiente del resultado. Del de nadie. Y tampoco del suyo. Jura que en el hoyo 17, después de hacer birdie, no tenía nada claro cómo iba en el día. Y hay que creerle.
Una decisión a destiempo que ha levantado ampollas
Le cuesta a Álvaro crearse su propia burbuja mientras está compitiendo y probablemente sea en esta carencia donde comienza a quebrarse la consistencia de su juego. Porque el talento pervive. Y el juego, sus capacidades, el trabajo que viene realizando, ahí están, aunque afloren o se plasmen sólo de tanto en tanto en su máximo esplendor. Si consigue mantenerse razonablemente aislado y en paz (así, en paz, como él mismo señala), seguro que será candidato al triunfo el domingo al mediodía.
Si consigue mantenerse razonablemente aislado y en paz (así, en paz, como él mismo señala), seguro que será candidato al triunfo el domingo al mediodía.
El número 2 del mundo, Justin Thomas (-2), también tiene el perfil de un candidato a la victoria hecho y derecho. No ha venido sólo a hacerse la foto en la torre Eiffel, sacando adelante con muy poquitos errores dos vueltas de 70 golpes muy bien trabajadas. Se merece todo el respeto y la credibilidad, que por otro lado ya tenía bien ganados. El otro gran nombre de su partido no ha corrido la misma suerte. Tommy Fleetwood (+5) fallado el corte, el segundo en los últimos 23 torneos.
Hasta siete españoles tenemos en el top 30 del torneo y en un margen de ocho golpes con la cabeza, porque a los citados hay que unir a Jorge Campillo (+2) y Adrián Otaegui (+2, hoy vuelta de 70). La juerga está asegurada y por desgracia no podremos contar con Rafa Cabrera Bello (+5), que se quedaba por un suspiro fuera del corte, en el puesto 66º. Pablo Larrazábal, Scott Fernández, Gonzalo Fernández Castaño, Carlos Pigem y José María Olazábal tampoco han sobrevivido a estas dos rondas tan duras de golf, mucho más la primera que la segunda.
