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Gonzalo y el síndrome de la manta corta

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Gonzalo Fernández Castaño. © Golffile | Phil Inglis
Gonzalo Fernández Castaño. © Golffile | Phil Inglis

Gonzalo Fernández Castaño no es muy dado a dejarse llevar por la euforia, pero está algo más que satisfecho después del cuarto puesto logrado en el Qatar Masters, torneo en el que estuvo este domingo luchando incluso por el triunfo en los últimos nueve hoyos del domingo. “Ha sido una semana muy divertida y agradable, jugando los dos primeros días junto a Carlos Pigem, luego el sábado con Álvaro Quirós y el domingo con Pablo Larrazábal. Además, he jugado un gran golf. Muy sólido. Muy bueno de tee a green. Y también he pateado muy bien. No puedo quejarme. Para ganar me faltó haber hecho algún birdie más el sábado y el domingo en los últimos hoyos del campo, 16, 17 y 18, que realmente son de birdie. Esa ha sido la gran diferencia”, señalaba el madrileño a Tengolf.

Fernández Castaño: «He jugado un gran golf, muy sólido, y muy bueno de tee a green»

Gonzalo Fernández Castaño en el Commercial Bank Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis
Gonzalo Fernández Castaño en el Commercial Bank Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis

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Tan sólo un ‘pero’: su juego corto. Esos aprochitos cerca del green, cada uno de su padre y de su madre, cuya ejecución en el Doha Golf Club no ha terminado de gustarle (es cierto que embocaba un gran chip en el 11 el domingo, pero él mira la semana en su conjunto). No hay nada raro en la situación y tiene su explicación: como quiera que hace unos meses (desde el pasado verano), el jugador español se ha volcado durante horas y horas de entrenamiento en rescatar un swing algo más natural, la práctica en el juego corto, tradicionalmente uno de los puntos fuertes de su repertorio, ha quedado en un segundo plano. “He perdido algo de finura y tiene sentido después de haber estado tan centrado en los cambios en el swing”, señala.

Gonzalo se ha volcado durante horas y horas de entrenamiento en rescatar un swing algo más natural

Lo que en lenguaje paladín llamamos el ‘síndrome de la manta corta’, que a la hora de abrigarte deja más al descubierto la cabeza o los pies. Es igual: ahora mismo la manta está más ‘ocupada’ en abrigar el juego largo, pero en cuanto se estabilicen y naturalicen los cambios y las mejoras, algo que ya ha ocurrido, podrá dedicarle más tiempo a afinar esos aprochitos de pura sensación. De hecho, es uno de sus objetivos en el tiempo que tiene por delante antes de reincorporarse de nuevo a la acción en el Web.com.

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