1. Sergio García, que ayer por cierto pasó después de jugar un control antidopaje (según publica hoy el diario Marca también lo hizo, al parecer, Tiger Woods; la Agencia Mundial Antidopaje se pone seria con este deporte que aspira a ser olímpico en 2016), necesita darse alguna alegría más en el campo, necesita sonreír un poco más, precisamente porque eso forma parte de la esencia de su juego…
Ayer le vimos muy concentrado en los buenos y en los malos momentos del recorrido, pero quizá algo mustio, quizá excesivamente preocupado con el juego. Se trata sólo de un matiz, quizá nos equivoquemos…
2. El regreso de Tiger ha sido bendecido y agradecido por todo el mundo. En su día se dijo que Woods y Vijay no se llevaban del todo bien… A juzgar por lo que vimos ayer, aquello está más que superado. Charlaron y se rieron en mitad del putting green.
3. Quirós, se lo aseguro, comienza a ser conocido por estos lares. Eso sí, le llaman QuÍros, con el acento fonético en la 'i'. También Álvaro necesita recuperar la alegría. Ayer, con toda la razón del mundo, se quejaba de la lentitud del juego. Más de cinco horas tardaron muchos partidos en hacer los 18 hoyos.
Señores del PGA Tour, eso es una burrada; este es un torneo co-organizado por todos los grandes circuitos del mundo, pero estos retrasos tan bestiales sólo se dan en Estados Unidos. En el hoyo 12 el de Guadiaro se fue al agua por la izquierda. "No creo que mucha gente se haya ido al agua ahí", nos decía. Tuvo la mala suerte de que su boola rebotara en el camino (si ven la foto, hay dos caminos y botó en el que ustedes ven más a la derecha).
Hay un detalle que nos encanta: Por juventud y experiencia Quirós tenía todo 'el derecho' a pronunciar ayer la clásica sentencia: "he venido aquí a aprender, hay que ir poco a poco…". Y no, lo que tenía era un cabreo de campeonato, no se escondía, se exigía al menos haber hecho un -3 ó -4… Grande Álvaro.
Quirós anda algo incómodo con el driver, sin duda uno de los puntos fuertes de su juego… Resulta que en el Accenture, en Arizona, se le rompió un driver, el bueno, ese que todo profesional tiene señalado por encima de todos los demás, aunque tenga un trastero lleno de ellos, y ahora no termina de encontrarse con el nuevo. Cada palo es un mundo, aunque aparentemente dos parezcan gemelos.
