La salida en el hoyo 18 se escapa por la derecha y acaba en el búnker. La situación parece delicada. Par 5. Lago a la izquierda. Tirar o no tirar. He ahí la cuestión. Jon Rahm no duda. Ni siquiera necesita ver cómo está la bola para saber que va a por el green de dos. Hace las cuentas. Tiene algo menos de 180 metros al trapo. Habla con Adam, su caddie. Hierro 7 o hierro 8. “Igual desde fuera parecía más difícil, pero no lo era. Hay poca arena en los búnkers, por lo que sabía que con el hierro 8 llegaba, lástima que se me fue un poco a la izquierda porque era el palo exacto”, comenta Jon segundos después de entregar la tarjeta.
Es la furia de Jon. Tira a bandera, desde un búnker y con el palo justo. Es la quintaesencia de la competición
El alma del numeroso público que ha vuelto a atestar el Centro Nacional se encoge. El tiro no pasa tan lejos del agua. Es la furia de Jon. Tira a bandera, desde un búnker y con el palo justo. Es la quintaesencia de la competición. No le vale otra cosa que ganar. Más de uno, de dos y de tres, plantea ese golpe a la derecha de green para protegerse del agua. Pero Jon es de los que piensa que la gloria es de los valientes. Busca el eagle y, de paso, iniciar ya la batalla psicológica con los líderes. Su approach desde el rough sale más vivo de la cuenta, pero toca el mástil de la bandera, sí otra vez como ayer, coquetea con el agujero, pero no cae. Ruge el campo. Es un ensayo general para lo que Jon quiere este domingo. Ruido, ruido y más ruido.
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Rahm se ha colocado con -15 tras firmar una tarjeta de 66 golpes, la mejor de la semana. Está a dos de Paul Dunne (-17), líder en solitario, y a uno de Nacho Elvira (-16), que ha vuelto a hacer 66 golpes con unos segundos nueve hoyos simplemente magistrales. Extraordinario comportamiento del cántabro. Tirazo en el hoyo 18 y excepcional opción de eagle que no entró por poco. Se gana un hueco en el partido estelar del domingo en el Open de España y en su casa. Sensacional. Madrid arde en fiestas.
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Este es precisamente el plan de ataque de Rahm para la última jornada. Quiere poner patas arriba el Centro Nacional. Que grite el campo, que suene, que tiemble. Confía en que público se convierta en su aliado perfecto. “Si consigo arrancar bien, hago dos birdies como hoy en el 1 y en el 2 y el público empieza a rugir, los de arriba no lo van a tener fácil. El objetivo es darles algún susto y que sientan que yo estoy jugando bien, que lo oigan…”, explica Rahm.
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Sea como fuere, Jon sabe que necesitará una ronda bastante baja. Es posible que ni siquiera le valga el 66 de hoy, aunque esto es imposible adivinarlo. Por detrás, hay hasta seis jugadores más con opciones, todos los que están a cinco golpes o menos de Paul Dunne. Eso sí, conforme más atrás, obviamente, más épica tendrá que ser su vuelta. Jon está empatado en la tercera posición con el sorprendente sueco Henric Sturehed, un golfista que ha jugado seis torneos del European Tour en su carrera, todos esta temporada, y no había pasado un corte hasta la presente semana. A tres golpes de Dunne está el australiano Brett Rumford, mientras que Andy Sullivan está a cuatro y Marc Warren, Aaron Rai y Jorge Campillo están a cinco. Tres españoles en el top ten. Tres españoles con opciones muy reales de ganar el Open de España. Ni lo duden. Habrá ruido en el Centro Nacional. Aviso para los residentes en la zona de Montecarmelo de Madrid: no se preocupen si notan un ligero temblor en el suelo mañana entre las dos y las seis de la tarde…
