– ¿Van a destrozar los profesionales el Morgado course, donde a partir de este jueves se disputa el Open de Portugal? Es la gran pregunta. Si uno mira el rough del campo (uno de los dos recorridos que hay en el Morgado Golf Resort), casi inexistente o, desde luego, muy poco penalizador, o bien se fija en la generosa anchura que por tanto ofrecen muchas calles, puede aventurarse a pensar que sí, que al menos habrá que llegar a -20 para ganar. Pero si se pone la atención en algunos de los nuevos tees, tremendamente largos y, sobre todo, en el viento que está soplando esta semana, entonces las cuentas se quiebran. Tampoco los jugadores están muy seguros de lo que opinar.
– Hay un par de cosas en las que sí coinciden casi todos. Una es que los pares 3 pueden marcar la diferencia porque son en general largos y puñeteros. Alguno, como el del hoyo 5, con el viento que está soplando esa semana, que no es el habitual por estos lares, se convierte en un monstruito. Otra es que no es sencillo dejar cerca la bola de la bandera porque los greenes reciben un poco en modo tambor. Vistas así las cosas y teniendo en cuenta que las previsiones dan bastante viento el jueves, quizá haya que rebajar las expectativas del resultado ganador.
