Pablo Larrazábal ha superado la prueba del trigo de Francia. Su muñeca derecha está lista para jugar el torneo a partir del jueves. Una excelente noticia si tenemos en cuenta que se tuvo que retirar del Open de Italia hace poco más de veinte días y que no pegó su primera bola hasta el pasado martes tras visitar a cuatro médicos especialistas.
Incertidumbre era la palabra que definía la situación de Larrazábal después del Open de Italia. No sabía muy bien cómo iba a terminar ese dolor agudo que sentía en su muñeca y que no le permitía jugar al golf. Todas las lesiones son inoportunas, pero mucho más cuando se producen en un momento clave de la temporada, en mitad de los grandes y las Rolex Series.
Pablo removió Roma con Santiago para encontrar al médico que le permitiera volver lo más rápido posible y en las mejores condiciones. No fue fácil, pero finalmente halló al doc Campbell, en Leeds. El tratamiento, a día de hoy, hay que calificarlo como un éxito. La evolución ha sido muy buena en un tiempo récord. El pasado martes pegó unas pocas bolas, miércoles y jueves intensificó el trabajo y el viernes tomó la decisión de probarse en el Pro Am del martes del Open de Francia. Éxito total.
La prueba ha salido fenomenal y el escenario no podía ser más exigente. El rough de Francia, tanto el primer corte, como el trigo que está más alejado de la calle, es duro a rabiar. La muñeca no se ha quejado, y eso que “hemos fallado algunas calles en los primeros nueve hoyos”, comentaba sonriendo Pablo. Primera gran prueba superada y a jugar el jueves. Así lo contaba a Tengolf el golfista catalán después del Pro Am en el Golf National.