Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Oosthuizen se los come a todos con patatas fritas

Oosthuizen se los come a todos con patatas fritas

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Louis Oosthuizen posa con el trofeo de ganador del Open de Sudáfrica. © Twitter SA Open
Louis Oosthuizen posa con el trofeo de ganador del Open de Sudáfrica el año pasado. © Twitter SA Open

Louis Oosthuizen no ganará trece ediciones del Open de Sudáfrica, como hiciera Gary Player; tampoco se acercará a las nueve victorias de Bobby Locke, otro de los mitos del golf sudafricano, y es posible que tampoco a las cinco de Ernie Els. Pero al menos ya tiene grabado su nombre en uno de los trofeos de mayor solera de la historia del golf mundial. En una peana donde aparecen los nombres citados, además de los de David Frost, Retief Goosen, Trevor Immelman o Tim Clark, tenía que aparecer el suyo. Una ardua y deseada misión cumplida, así que no debe extrañar que a Don Louis se le escaparan unas lágrimas al pie mismo del green del 18, una vez consumado el éxito (vuelta de 67 golpes, acumulado de -18 y triunfo final con una avasalladora diferencia de seis golpes sobre el francés Romain Langasque (-12).

Lo que Don Louis y el viento dispongan

Y el caso es que esta mañana llegaron a sonar tambores de guerra en el Randpark Golf Club, puesto que Oosthuizen arrancaba la vuelta con dos bogeys tempraneros que abrían las puertas de par en par a un considerable número de candidatos. No soplaba tanto el viento como el sábado, pero el Firethorn course se le estaba atravesando al líder… La emoción, sin embargo, apenas duró, porque el ganador del British Open de 2010 entraba en efervescencia, consiguiendo hasta cuatro birdies en los seis siguientes hoyos. De nuevo entraban todos los putts y el orden había quedado restablecido.

Una de las claves de su plácida victoria hay que buscarla en una circunstancia sobre la que un jugador no tiene ningún control, pero que a veces se da: salvo Branden Grace, que iba por delante haciendo birdies, pero que venía desde más atrás en la tabla, los compañeros de partido estelar de Oosthuizen, Wallace y Muthiya, habían replicado su mal comienzo, al igual que Schwartzel, así que dentro de lo malo, el asunto no era grave o mucho más llevadero.

Muthiya puede haber hecho historia sin saberlo… ni quererlo

Una vez recuperado el hilo y el mando todavía se iba a gustar con un eagle de depredador en el 14 (se lo dejaba casi dado pegando un hierro 9 de segundo tiro) y, mientras tanto, seguía resolviendo con higiene de quirófano cualquier pequeño o delicado compromiso que tuviera para salvar pares, evitando así cualquier mal pensamiento.

Romain Langasque, Oliver Wilson y Charl Schwartzel se han llevado un magnífico premio de consolación, como es la clasificación para el Open Championship de 2019, en Royal Portrush (la obtenían los tres mejores dentro del top ten, que no estuvieran ya metidos). El galo, segundo en solitario, lo ha conseguido tras cerrar un torneo de altos vuelos con cuatro rondas por debajo de setenta golpes; el inglés, por su parte, no deja de sorprendernos con sus idas y venidas al infierno del golf; mientras que el sudafricano, en honor a la verdad, estaba llamado a disputar la victoria hasta el final, pero un fin de semana sin chispa alguna en los greenes lo ha dejado fuera de juego.

Alejandro Cañizares (PAR) ha luchado por ganar posiciones en la última ronda, aunque a su juego, muy bueno en determinados momentos, le ha faltado consistencia. Aún así, cerraba la semana con una vuelta por debajo del par (70) que da continuidad a su buen momento y que confirma que ya es cuestión de detalles que vuelva a verse ahí arriba, luchando por el triunfo. Por ejemplo, la semana que viene en el Alfred Dunhill de Leopard Creek…

Consulte aquí los resultados del Open de Sudáfrica