Este jueves comienza el Alfred Dunhill Links Championship, el torneo en formato Pro-Am que cada año rinde visita a los ancestros del golf en el Old Course de St Andrews, Kingsbarns y Carnoustie. Una fiesta del golf con una bolsa de premios extraordinaria. Ya no luce tanto como antes, debido a la formidable irrupción de las Rolex Series, pero no deja de ser un gran premio de más de 600.000 euros para el ganador.
Sea como fuere, la cita es ya una tradición. Se juega de manera ininterrumpida desde el año 2001, aunque la realidad es que no le ha ido muy bien al golf español. Más bien al contrario. Es uno de los cotos vedados de caza para nuestra Armada. En los 16 años que se llevan celebrados de torneo nunca ganó un español.
El mejor resultado en todo este tiempo ha sido un cuarto puesto de Rafa Cabrera Bello en el año 2009 y un quinto de Álvaro Quirós a la temporada siguiente. Más allá de esto, poco más que llevarse a la boca. Ningún top ten más que añadir a la hoja de resultados. Es uno de los torneos malditos de nuestro golf.
Nueve españoles tratarán de derribar este año ese muro. Los protagonistas son Pablo Larrazábal, Álvaro Quirós, Adrián Otaegui, Carlos Pigem, Pep Anglés, Eduardo de la Riva, Nacho Elvira, Jorge Campillo y Alejandro Cañizares. Esta temporada parece la idea para conseguirlo, no sólo porque el golf español suma ya seis victorias sólo en el European Tour, sino porque fue precisamente este año cuando cayó otro muro mítico con el Open de Escocia que ganó Rafa Cabrera Bello. Y además, también fue en Escocia… Así que, por qué no va a ser también este año…
Más allá de la Armada, el torneo tiene el aliciente de ver la última actuación de Rory McIlroy esta temporada, al menos así lo anunció días atrás. Viene de firmar un excelente fin de semana en el British Masters, por lo que es inevitable colgarle el cartel de máximo favorito.
