Mientras George Coetzee (-11), Felipe Aguilar (-10) y Mikko Korhonen (-10) volaban en la zona alta de la clasificación del Tshwane Open (el sudafricano es el líder en solitario después de la segunda jornada tras firmar un 64), los jugadores españoles iban sudando tinta china en su intento de aguantar o de pasar el corte en el Pretoria Country Club (Waterkloof, Sudáfrica). Tan solo Pedro Oriol (-2) lo conseguiría tras protagonizar un final apretado y casi angustioso: abría la vuelta por el hoyo 10 con un bogey y malas sensaciones y a partir de ese momento todo fue remar y tener paciencia, salvando situaciones delicadas hasta recoger un premio bien labrado y merecido.
Scott Fernández (+3) y Pep Anglés (+6), por el contrario, han padecido una de esas jornadas laborales pestosas, muy negativas. El primero, viendo aniquiladas sus ganancias del jueves por culpa de un mal comienzo y seguramente por las prisas y la ansiedad de recuperar cuanto antes el terreno perdido; y el segundo, víctima asimismo de un inicio muy movido y desafortunado y de la irregularidad que de momento lo martiriza en este 2018.
CRÓNICA | Scott Fernández mantiene las calderas a buen ritmo
Oriol había jugado el jueves de tee a green muchísimo mejor de lo que decía su tarjeta de par, cogiendo quince greenes en regulación pero sumando 34 lacerantes putts. Además, fallaba tres greenes y sumaba tres bogeys. Hoy, la historia ha sido al revés y con final feliz: un juego de tee a green mucho más irregular y con el mono de trabajo puesto alrededor de green, sacando adelante todas las numerosas y variadas recuperaciones que tuvo que afrontar. En definitiva, luchando con temple y paciencia y esperando a que escampara para sacar la cabeza de la madriguera…
El madrileño se subía al tee del hoyo 8 (el 17 de su vuelta) sabiendo que necesitaba al menos un birdie para jugar el fin de semana. Un par 3 corto en el que pegaba un wedge muy fino y acto seguido embocaba un putt de un metro. A continuación, en el 9, par 5, con la adrenalina disparada, pegaba un drivazo marca de la casa y se dejaba un hierro 9 para tirar de dos a green. Lo siguiente fueron dos putts y un birdie sencillo que no reflejaba de ninguna manera la dificultad de la jornada. Pedro, como los buenos encajadores, aguantaba el castigo con mandíbula de granito y riñones de cemento, para terminar sacando dos directos al mentón y ganar por fuera de combate sobre la misma campana.
«He luchado como un jabato, la verdad, y cuando he hecho el birdie final en el 9 me he ido corriendo y muy feliz de allí”
“He estado todo el día haciendo approach y putt desde todos los lados, todo lo contrario que el jueves, que fue muy frustrante porque jugué muy bien y acabé al par. He luchado como un jabato, la verdad, y cuando he hecho el birdie final en el 9 me he ido corriendo y muy feliz de allí”, ha declarado a Tengolf.
Mañana, saliendo en los primeros partidos, con los greenes frescos y estables (según va transcurriendo el día se van poniendo más y más rebeldes), quizá pueda dar un estirón y dejarse la opción de algo interesante para el domingo.
