El viento ha dejado de sacudir la costa Este de Escocia, o al menos los más de 50 kilómetros que, vía terrestre, separan Carnoustie, más al norte, de Kignsbarns, más al sur (tan solo 25 kilómetros si tiramos la línea recta por el mar), y los resultados en el Alfred Dunhills Links han recobrado la normalidad: de las 24 tarjetas por debajo del par del jueves hemos pasado a las 104 del viernes.
Los dos líderes resultantes, por cierto, encarnan o reflejan el espíritu de la última Ryder Cup, con las banderas danesa e italiana de Bjorn y Molinari ondeando en todo lo alto gracias a Andrea Pavan (-9) y Lucas Bjerregaard (-9). Si nos ponemos puntillosos, faltaba la española, pero ya se sabe que este torneo no se nos suele dar muy bien…
Tampoco es cuestión de aguar la fiesta a nadie. Por ejemplo, a Nacho Elvira (-2), que hoy se daba el gustazo de firmar una tarjeta de 67 golpes en el Old Course de St. Andrews, sin bogeys, para ganar un buen puñado de posiciones y, además, liderar la clasificación del Pro-Am junto a John Van Wyk, un amateur al que no tenemos el gusto de conocer, pero que se lo tiene que estar pasando en grande después de firmar tarjetas de 64 y 60 golpes junto a su pro…
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No puede ser catalogado como un día cualquiera aquel en el que se ha jugado así de bien, sin sobresaltos, en la catedral del golf, mucho menos cuando se está compitiendo al máximo nivel. Eso que se lleva ya Elvira. Y lo que pueda venir. Otros jugadores españoles venían haciéndolo igual o mejor, pero muchos de ellos han sido víctima del mismo síndrome pestoso, al tropezar en el tramo final de sus respectivas vueltas de modo más o menos aparatoso.
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Pablo Larrazábal (PAR), sin ir más lejos, había destrozado los primeros nueve de Kingsbarns, con un parcial de siete menos (un eagle y cinco birdies firmados de modo casi consecutivo para un 29 antológico en este tramo), pero finalizaba con un doble bogey y dos bogeys, dejando en notable alto una ronda de golf que apuntaba a extraordinaria, como mínimo a ese 63 final que conseguía el líder Pavan, también en Kingsbarns. Italia, definitivamente, está de moda en el golf mundial.
Scott Fernández (PAR) se había situado en el tee del 18 del mismo campo con un parcial enorme de siete menos, pero terminaba con un doble bogey (sea como sea, excelente el registro de 67 golpes del granadino, que se ha metido en faena tras el 77 del jueves); y Miguel Ángel Jiménez (+1) estaba luchando por engancharse a la zona caliente de la tabla, pero acababa con cuatro bogeys en el último tercio de su vuelta en Carnoustie. Los tres, Pablo, Scott y Miguel, aún van a tener que pelear el corte, que ahora mismo se sitúa en el PAR y que mañana fluctuará en función del viento que sople.
Gonzalo destaca en una recia jornada de golf escocesa
Desde posiciones iguales o similares partirán también Pep Anglés (PAR), que hoy ha ganado la partida en Carnoustie (69 golpes), Alejandro Cañizares (+1 y 71 golpes en el mismo campo) o Adrián Otaegui (+2, vuelta de 68 en Kingsbarns). Gonzalo Fernández Castaño (+3), el mejor de la Armada en el pequeño infierno de viento y frío del jueves, se destemplaba en esta segunda jornada, sin poder hacerle un solo birdie a Carnoustie.
Mucho ojo con Tyrrell Hatton (-8), que sigue aspirando con todas las de la ley a un triplete brutal, tras haber ganado el torneo en 2016 y 2017 y estando como está a un solo golpe de la cabeza. Hoy, el inglés entregaba una tarjeta de 66 golpes en Carnoustie, la mejor del día en este campo.
