Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Poco más se le puede pedir a 2017, y sin embargo…

Poco más se le puede pedir a 2017, y sin embargo…

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Felipe Aguilar durante la primera ronda en el Diamond Country Club. © Golffile | Phil Inglis
Felipe Aguilar durante la primera ronda en el Diamond Country Club. © Golffile | Phil Inglis

Dicen los números que en las dos semanas que Felipe Aguilar cantó victoria en el circuito europeo (Indonesia, 2008 y Singapur, 2014) firmó un 65 y un 62. De momento, esta semana en Austria el chileno ya es líder del Lyoness Open y eso que sólo ha completado la parte ‘fácil’ de la ecuación, pues hoy ha entregado un 65…

Se trata sólo de un juego o una cábala. Si ya es complicado sumar sólo 65 golpes, para qué hablar de un 62. Tampoco debiera hacerle falta en el Diamond Country Club para conseguir el domingo su tercer triunfo en el European Tour. Basta con que juegue, incluso, la mitad de bien que hoy lo ha hecho para que se deje una buena opción en los últimos nueve hoyos del domingo. Hace falta jugar desde la calle en este campo con un rough más que curioso y él lo ha hecho. Un profundo alivio para el jugador sudamericano, al que le está costando lo suyo sacar resultados en 2017 (un puesto 41º en Qatar es hasta la fecha su mejor resultado).

Carlos Pigem (-2) no estaba muy lejos de Aguilar a falta de tres hoyos para terminar la primera ronda. Venía con un parcial de cinco menos en quince hoyos, sin borrones en la tarjeta… Sin embargo, finalizaba con tres bogeys consecutivos, un remate de esos que lo deja a uno con la cara descompuesta. Le toca, por tanto, ampliar el enfoque y darse cuenta de que al fin y a la postre el resultado no es malo.

Con la brillante excepción del triunfo de Álvaro Quirós en Sicilia, hay que reconocer que en general a la Armada española le está costando horrores meterse en la pomada de los torneos en el circuito europeo, animar el cotarro, aparecer en los puestos de arriba. Desde la victoria de Sergio en el Masters, y obviando el triunfo de Quirós, el mejor resultado de un español fue un tercero de Pablo Larrazábal en el Volvo China Open y, precisamente, un octavo de Pigem en Marruecos…

En un deporte tan absolutamente individual como el golf no puede hablarse de complacencia, ni parece serio elaborar una teoría que explique el rendimiento de un grupo de jugadores que no faenan en equipo. Simple casualidad. En fin, no nos quejemos de este año 2017, que por ahora lleva camino de ser uno de los más importantes de la historia de nuestro golf. Será que nos estamos mal acostumbrando, pero digámoslo alto y claro: benditas malas costumbres.

Pigem es el único español que ha ganado al campo, así que todos tienen que andar muy pendientes de un corte que mañana puede irse a -1. Es el caso de Otaegui (PAR), Elvira (PAR), De la Riva (1+1), Cañizares (+2), Virto (+2), Jiménez (+3), que ha sufrido bastante con su juego largo, o Etchart (+3). Velasco (+6) y Lara (+7) lo tienen mucho más complicado.

Un último apunte: ya que en esta crónica han salido a la palestra los nombres de Felipe Aguilar (líder esta semana) y Álvaro Quirós (ganador en Sicilia), es casi de obligado cumplimiento poner uno más: José Romero. Es el hermano mayor de Andrés Romero, profesional argentino, y caddie habitual de Aguilar, pero llevó la bolsa de Quirós durante dos semanas, coincidiendo precisamente con la victoria del de Guadiaro. Si usted se lo encuentra esta semana por tierras austriacas pásele por la chepa el billete de lotería… Está sembrado.

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