Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Quirós y Campillo: la sutil habilidad de ver la botella medio llena

Quirós y Campillo: la sutil habilidad de ver la botella medio llena

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Jorge Campillo durante la primera jornada del Omega Dubai Desert Classic. © Golffile | Thos Caffrey
Jorge Campillo durante la primera jornada del Omega Dubai Desert Classic. © Golffile | Thos Caffrey

Doce vueltas sin bogeys se han dado en la primera jornada del Dubai Desert Classic y dos de ellas corresponden a dos jugadores españoles que salían en el turno de tarde, más complicado por el viento, Álvaro Quirós (-3) y Jorge Campillo (-3), que además han cerrado el día con idéntico resultado de 69 golpes. Ambos se sentían moderadamente satisfechos, no podían ocultarlo, aunque los dos andan, o andaban al finalizar la ronda, metidos en la delicada tarea de ver la botella medio llena, de sacar a flote todo lo bueno. No siempre es sencillo hacerlo.

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Campillo, por ejemplo, finalizando por el 18, se había quedado con mal sabor de boca después de desaprovechar dos buenas situaciones. En el 17, par 4 corto, tenía la bola al borde de green de salida; y en el 18, par 5, estaba de dos al fondo del green, en el rough, y no era capaz de sacar el birdie en ninguno de los dos casos. El extremeño, además, no se siente todavía cómodo en los greenes, aplicando el nuevo método de trabajo iniciado hace algunas semanas. Por ahí va su lucha, estos son sus pequeños demonios y a Jorge, para qué engañarse, siempre le ha costado un poco más quererse, creérselo.

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En cuanto a Quirós, siente que el resultado ha sido extraordinario, teniendo en cuenta la batalla interna que ha librado durante toda la vuelta por pegarle libremente a la bola, sin agarrarse al palo, sin considerar tanto dónde no hay que fallar, dónde no se quiere ir. El de Guadiaro, al fin, entiende que su swing está en perfectas condiciones, se siente de nuevo poderoso, en la lanzadera, pero parece que estas mismas expectativas que su juego ha despertado también traen de la mano algunos fantasmas que le susurran al oído: “ahora que tu juego está bien, no cometas errores tontos”. Es un círculo vicioso del que no se sale de un día para otro, pero será la competición pura y dura y un análisis objetivo de sus sensaciones los que vayan puliendo y limando aristas, puesto que son muchos más a día de hoy los buenos golpes que aquellos en los que, en efecto, el run run temeroso enreda más de debido.

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