Trío de líderes en el open de Irlanda después de la primera jornada: Ryan Fox, Matthieu Pavon y Erik Van Rooyen, todos con un acumulado de -8, son los que mejor han sabido lidiar con este Glashedy Links, del Ballyliffin Golf Club, de calles firmes y saltarinas y greenes que no se dejan descifrar así como así y en los que resulta muy complicado dejar la bola cerca de la bandera.
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Aunque hay quienes lo han conseguido con cierta regularidad. Fox, por ejemplo, uno de los líderes. O Rory McIlroy (-1), que sigue peleado con su putter, aunque el norirlandés se ha metido hoy en más problemas desde el tee, pagando siempre peaje. Todo un ejercicio de paciencia el suyo, puesto que cada error le cuesta caro, mientras sigue desperdiciando magníficas opciones de birdie. El 65 de Van Rooyen, por su parte, ha sido producto del buen juego, por supuesto, y también del festival de putts que ha organizado desde todas las distancias.
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El Ballyliffin se deja hacer, pero hay que ser muy preciso, estar muy despierto y, además, tener ese punto de buena suerte que siempre hace falta en los links. En líneas generales, todos van con el pico y la pala. Así le ha ocurrido a la Armada española, que tiene ahora en Jorge Campillo (-3) a su mejor representante de cara al fin de semana. El extremeño se lo ha trabajado como nadie y un bogey final en el 9, el único del día, afeaba demasiado su ronda. Pero ahí está. Una semana y otra. Este hombre no se cansa de perseguir la presa, una capacidad o virtud tan valiosa como otras de aparente mayor brillo.
Elvira busca con paciencia su momento en las Rolex Series
Gonzalo Fernández Castaño (-2), por su parte, ha mantenido la consistencia y el equilibrio del jueves, a pesar de un final desafortunado con dos bogeys en el último tramo de la vuelta. Sus prestaciones se han elevado respecto a la semana pasada, en Francia, y también tiene todos los objetivos abiertos de cara al fin de semana. Nacho Elvira (-1) y Adrián Otaegui (-1), nuestras puntas de lanza tras la primera ronda, han perdido terreno, pero la renta les ha llegado para disponer de una segunda oportunidad durante los últimos 36 hoyos, porque realmente la tabla anda muy apretada y todo puede ocurrir todavía.
Adrián Otaegui no tiene problemas en recoger el estandarte
Jon Rahm (-1) también se encuentra en esa tesitura. Salía Rahmbo con toda la artillería, pero sus tres primeros drives cargados de adrenalina encontraban una y otra vez la trampa de arena. Salía indemne del reto, con enorme clase y potencia, y no variaba la estrategia: a por todas. El vasco ha sacado provecho de los pares 5, buscando siempre un eagle que no termina de cobrarse, y arreglaba finalmente una sobresaliente y meritoria vuelta de 69 golpes que todavía lo mantiene dispuesto y en pie como campeón defensor. A su lado, compañero de partido, Rafa Cabrera Bello (+3) remaba y remaba, muy metido, con el tiralíneas, exprimiendo los birdies, muy serio, en la mejor de sus versiones… Pero al final, con la remontada casi en el bolsillo tras el 76 del jueves, fallaba la salida en el 18 y cerraba la ronda con un doble bogey y un castigo excesivo. Las cosas no están viniendo de cara para el canario en las dos últimas semanas…
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Pablo Larrazábal (+1), con una tarjeta de 71 golpes, tuvo que esperar hoyas y horas y hasta el último suspiro para verse metido en el fin de semana. Afortunadamente será de la partida, un enorme alivio para el barcelonés después de su lesión de muñeca. La Armada viene algo retrasada, pero aún tiene margen. Todos (Campillo, Gonzalo, Elvira, Otaegui, Rahm y Larrazábal) van a necesitar un sábado eléctrico, brillante, pero todo puede ocurrir en esta mágica esquina irlandesa…
