Las últimas semanas de esta temporada he dejado un poco de lado el golf amateur para adentrarme en el Circuito Europeo con Scott Fernández. Con la bolsa del granadino al hombro he visitado Hong Kong (UBS Hong Kong Open), Mauricio (AfrAsia Bank Mauritius Open) y Johannesburgo (Joburg Open); tres lugares fantásticos con los que ha arrancado la temporada 2017-2018 en el Tour.
Y quería yo hablaros de las estadísticas. El caddie se ha convertido en la pieza fundamental del Circuito para esa gran masa laboriosa de estadísticas (greenes en regulación, calles, recuperaciones, putts, recuperaciones desde la arena) que podéis visitar cada semana en la web. Un trabajo que se lleva haciendo desde hace bastante tiempo pero que es más laborioso de lo que parece.
Os cuento: cada vez que llegas al tee del 1 te dan una cartulina con los 18 hoyos separados en varias casillas. En cada uno de los hoyos tienes que anotar el palo que da (drive, hierro 8, 9, putt..), la distancia que tiene a la bandera, donde ha dejado la bola (calle rough, green, antegreen, bunker…). Toda esta información tiene que quedar reflejada en cada uno de los golpes.
Y en el green llega el meollo de la cuestión. El caddie tiene que anotar –también– la distancia de cada uno de los putts. Como os podéis imaginar es todo a ‘ojímetro’ puro y duro, bastante tiene el caddie con mantener atendido al jugador como para encima ir contando los pasos que tiene cada putt.
Quería contaros esto para que tampoco os fieis al 100% de las estadísticas del Circuito Europeo. Las más corrientes están perfectas (calles, greenes, putts en greenes en regulación, putts totales, recuperaciones desde la arena), pero cuando nos vamos a estadísticas más concretas no son del todo fiables.
A favor del Tour os diré que nos pagan algo. Creo que la chica me dijo algo así como 15 ó 20 euros por vuelta. La verdad que no me enteré del todo. Cuando reciba el ingreso en la cuenta ya os diré.
Y, por cierto, más con tono jocoso que otra cosa, el Circuito Europeo podría pensar algo más en los caddies que no pesamos 85 o 90 kilos, o no tenemos barriga. Los petos nos quedan como auténticos camisones. Y no lo digo por estética, qué también – yo por ejemplo voy haciendo el payaso– lo digo por comodidad. Bastante calvario es llevar un chisme de estos con una humedad terrible (caso de Mauricio) como para que encima te sobre tejido por todos lados.
