Tercera jornada en el Portugal Masters y resultado de 68 golpes, tres menos en el día. Un solo bogey en la ronda. Mucho oficio y voluntad, pero todavía un amplio margen de finura por conquistar. Ésta bien podría ser la sinopsis de la tercera vuelta de Sergio García (-9) en el Dom Pedro Victoria Golf Course, aunque los comentarios valorativos pueden aplicarse a la totalidad de los 54 hoyos ya disputados.
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Ya sabemos una cosa: el español no va a ganar el torneo, puesto que el ritmo de birdies sigue despendolado. Pero aún quedan otras por conocer. Por ejemplo, si el de Borriol será capaz de encontrar al fin en la última jornada la sexta marcha que le ha faltado en las anteriores. Hoy no le ha ayudado nada una cierta debilidad física, provocada por lo que podría ser una faringitis latente o similar (dicho en cristiano: un molesto dolor de garganta que le ha quitado horas de descanso y sueño) y, aunque en principio no hay razón para preocuparse, habrá que estar atentos a ver cómo evoluciona.
Sergio se sale de la carretera al final, pero ve la botella medio llena
Y el caso es que, sin haber sacado todavía a pasear su mejor versión, Sergio bien podría haber estado más cerca de la cabeza casi por el mismo precio. Cuestión de tres o cuatro detallitos. Mirando a la Ryder hay que señalar que la situación no es preocupante, más que nada porque Sergio todavía va a disponer de tiempo para rascar el último rastro de herrumbre, tanto en el aspecto técnico (por ejemplo, en los aprochitos alrededor de green), como en el de la confianza. En este sentido, además, él suele necesitar mucho menos tiempo que la media. Así ha sido durante toda su carrera.
