Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Un híbrido desde 210 metros en busca del eagle…
Un repaso a la frenética batalla que ha librado hoy la armada española en tierras portuguesas

Un híbrido desde 210 metros en busca del eagle…

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– Lo ha pegado Jorge Campillo (-9) en el hoyo 12, par 5, del Victoria Golf de Vilamoura. Viento en contra y unos 210 metros a bandera. Híbrido perfecto y la bola que sale dibujando un precioso draw para quedarse mansamente a poco menos de metro y medio de la cazoleta. El extremeño embocaba para eagle y definitivamente se subía al carro de los candidatos, aunque todavía le quede un poco a desmano el registro de los líderes. Todo se andará…

Por cierto: su caddie, Borja Simo, se lo anunciaba a Tengolf una hora y media antes de arrancar la vuelta: «hoy Jorge va a hacerse siete menos». Y siete menos se ha hecho.

– A Nacho Elvira (-10) se le ve muy metido en faena. Marcha por el campo con una serenidad pasmosa. Y de momento ha sido casi imposible verlo cometer algún error de bulto. Pegando tirazos. El cántabro ha confesado que uno de sus grandes objetivos de la semana era mantenerse siempre dentro del juego, paciente. Una cosa lleva a la otra y ya no se sabe si es antes el huevo o la gallina: si eres paciente y sabes desdramatizar los errores, juegas mejor; y si juegas mejor es más sencillo ser paciente y olvidarse de los errores… 

– El registro de Alejandro Cañizares (-7) se quedó frenado después de aquel seis menos de fábula por los primeros nueve del jueves. Sin embargo, quien lo haya visto jugar hoy se habrá quedado satisfecho por el inmenso despliegue que ha realizado con el juego corto. Genial. Una maravilla (en el 16 la enchufaba desde el rough, y en el 17 la dejaba colgando, de nuevo desde el rough).

Eduardo de la Riva (-7) ha lidiado la presión con maestría. No es sencillo esto de hacerse un 67 cuando sabes que el trabajo de todo un año se desliza por la cuerda floja. Necesitaba pasar el corte para dejar el objetivo de acabar entre los 110 primeros de la Race prácticamente cerrado (aún no lo está con la calculadora en la mano) y lo ha pasado con holgura.

– Para infarto, eso sí, lo de Álvaro Quirós (-4). En el momento de firmar su tarjeta de 69 golpes estaba fuera del corte y, la verdad, no parecía que fuese a entrar. Pero entró. Un error de estrategia en el 17, tirándose a por el green de dos cuando no le hacía falta y desde una posición algo delicada, a punto estuvo de costarle muy caro. Aunque en honor a la verdad, el de Guadiaro se había ganado a pulso su presencia en las dos últimas rondas. Lo merecía. Por actitud (excelente). Y también por juego. Hay un nuevo Quirós en ciernes, pueden ustedes jurarlo.

– Especialmente emocionante ha sido la actuación de José María Olazábal (-2). El gan capitán salía con el cuchillo entre los dientes y encadenaba tres birdies consecutivos de entrada. Acabaría con ocho birdies en la talega, que ya son birdies, pero alternándolos con algunos errores que terminaban dejándolo fuera, a pesar de su espléndido 67 final. El hoyo 7, para ser más exactos, ha destrozado al vasco, con sendos dobles bogeys en las dos vueltas. Chema caía con las botas puestas, pegando un tirazo en el hoyo 9 y firmando un bello birdie postrero.

– En el turno matutino también lo intentaron con todo lo que tenían Pablo Larrazábal (-2), Borja Virto (-3), Pedro Oriol (-2) y Adrián Otaegui (+2). Todos ganaron la pelea al campo, alguno por goleada (caso de Oriol, tarjeta de 66 golpes), pero no fue suficiente. Virto, que necesitaba esta semana una machada para mantener los derechos de juego, llegó a marchar cinco menos en el día, pero se le atragantaba el último tercio de la vuelta. Un accidente que no debe hacernos perder de vista la buen primera mitad de temporada del navarro. Ya ha demostrado que tiene juego para pasarse una vida en el circuito europeo.