Scott Jamieson (-8) ha sorteado las cortinas de agua mejor que nadie en el turno matutino de juego de la primera jornada del Portugal Masters. Veinte kilómetros al Oeste del Oceanico Victoria Golf Club estaba cayendo la mundial desde bien temprano: litros y litros de agua por metro y hora…
Así que la organización del Portugal Masters andaba todita con los dedos cruzados para que semejante frente no se desviara. Porque sobre el recorrido de El Algarve pasaban las nubes y descargaban con más o menos saña, pero sin continuidad. Eran jarreones potentes, tropicales, pero cortos. Aunque fuera a salto de mata y con la inquietud en el cuerpo la jornada iba transcurriendo.
Y los jugadores también se las iban arreglando. Jamieson, por ejemplo. “Esta semana decidí cambiar el putt y me ha ido bien. Ya venía jugando bien de tee a green. Espero que sea esta semana cuando pueda rentabilizar todo ese buen juego sin resultados”, explicaba el escocés.
Y otros: Felipe Aguilar (-6), Danny Willet (-6), Chris Doak (-6)… Entre chaparrón y chaparrón muchos iban aprovechando la ternura de los greenes para abofetear al campo. También Eduardo de la Riva y Nacho Elvira. O Pablo Larrazábal (-3). Álvaro Quirós (-2), una vez más, sentía que se había quedado a medio camino.
José María Olazábal (+1), por su parte, no sacaba rédito a la situación, a pesar de ese enorme hoyo en uno en el par 3 del 13. Al vasco ni siquiera esa machada le sirve como consuelo. Al fin y al cabo es el séptimo hoyo en uno que consigue en su carrera en el circuito europeo y él lo que busca es verse de nuevo arriba. Otra vez, como en años anteriores, se le volvió a cruzar en el camino (doble bogey) ese pequeño monstruito que es el hoyo 7 del Oceanico.
