Tom Lewis decidió antes del verano pasarse a profesional tras una brillantísima carrera amateur. A sus 20 años, sólo tenía una duda. O lo hacía en julio después del British Open o lo dejaba para septiembre tras la Walker Cup…
La diferencia estaba en tener más o menos tiempo para tratar de conseguir la tarjeta del Circuito Europeo sin necesidad de pasar por la Escuela. Y se la jugó.
Quería estar en la Walker Cup y confió en su talento para conseguir el objetivo en apenas dos meses. Ni siquiera le han hecho falta las siete invitaciones a las que tenía derecho. En sólo tres torneos lo ha conseguido. La victoria hoy en el Portugal Masters lo confirma como una estrella en ciernes, al margen de otorgarle plaza para el WGC HSBC Champions de China y meterle en el bolsillo para los próximos dos años la tarjeta del Circuito Europeo.
Lewis añade su nombre a una lista de jóvenes talentos que quitan el hipo. Los dos últimos golfistas que consiguieron la tarjeta sin necesidad de pasar por la Escuela fueron Rory McIlroy y Matteo Manassero. Casi nada. Lewis, además, ha necesitado menos torneos que ellos. A la tercera fue la vencida, después de pasar el corte y coquetear con los primeros puestos el jueves y el viernes en el Alfred Dunhill Links Championship, y acabar décimo en Austria. Meteórico. No se equivocó un ápice su padre cuando nada más nacer decidió ponerle el nombre en honor su máximo ídolo, Tom Watson.
Lewis ha ganado, además, como los grandes. El inglés ha desatado una tormenta de birdies en el tramo final del recorrido Oceánico Victoria Course. Ha enlazado cuatro seguidos (14, 15, 16 y 17) para meterse el triunfo en el bolsillo aprovechando que los demás venían fallando por detrás. Es curioso. La parte alta de la clasificación estaba plagada de jugadores con experiencia ganadora en el Circuito Europeo. Al final, ha ganado el más joven y el más inexperto.
Se trata de una victoria histórica, por cuanto Lewis apunta a jugador muy grande. Ya lo demostró en el British, donde acabó trigésimo siendo aún amateur. Por todo ello, hay que darle aún más mérito al segundo puesto de Rafa Cabrera Bello. El canario ha finalizado segundo en solitario a dos golpes del imberbe inglés. No ha cedido ante un cualquiera. Ni mucho menos.
Seguramente, a esta hora, Rafa tendrá la sensación de que ha dejado escapar una gran oportunidad. Realmente lo era, se la había fabricado él mismo, pero también hay que quedarse con su soberana reacción en los últimos hoyos después de hacer doble bogey al 12 y bogey al 14. Todos se han ido desmoronando con el paso de los hoyos, a excepción de Cabrera. Y cuando decimos todos, hablamos de jugadores tan curtidos como Thomas Bjorn o Peter Hanson. El español ha sido el único que ha tenido la capacidad de levantarse cuando ya estaba en el suelo. Y aún se dejó una oportunidad de llevar a Lewis al desempate. Pateó para eagle en el 17 desde unos seis metros y su bola pasó lamiendo el hoyo. Si lo hubiera hecho, le habría valido el birdie en el 18 para ir al desempate. Aún así, fue a por el eagle desde la calle en el último hoyo. Su bola se paró a metro y medio y falló el putt. Un segundo puesto en solitario que lo confirma en la Race to Dubai y le permitirá subir un buen número de puestos en el ránking mundial.
En cuanto al resto de la Armada, hay que resaltar la soberbia actuación final de Pablo Larrazábal. El barcelonés se ha despedido con una magnífica tarjeta de 65 golpes y se ha quedado a un solo paso del top ten (-16). Una reacción en domingo que vale su peso en oro para todos los objetivos que tiene en mente el español. Vale para la Race y para el ránking mundial. Hoy sí que arancó la máquina de hacer birdies. Si no hubiera sido por la tercera vuelta, Pablo habría estado hoy en la pelea por la victoria.
Álvaro Quirós (-15) sigue en línea ascendente. Hoy ha hecho 68 golpes y, sobre todo, ha dejado muy buenas sensaciones de cara a la próxima cita de su calendario en Valderrama. Por último, José Manuel Lara (-11) terminó con 70 golpes; Nacho Garrido (-8), al par y Álvaro Velasco (-6), con 76.
