Hoyo 17 del campo de Pula. Se disputa el final de la segunda jornada del Mallorca Classic. La meteorología ha obligado a meternos en el sábado. Es temprano y Sergio ha empezado desde el hoyo 11, donde la falta de luz le 'invitó' a quedarse el viernes.
El día amaneció más complicado. Sopla viento, el gran enemigo de los jugadores en este recorrido de Pula. Tanto que, después de seis hoyos, el de Borriol marcha +1 en el día y ha bajado en el acumulado a -3. Pero aquí se produce el golpe de mano.
Sergio se planta en el tee del 17, un par 4 de 362 metros. Pega duro a su drive y posa su bola en el rough de la derecha. Está a 71 metros del hoyo. Saca de la bolsa el lob wedge y suelta un golpe mágico.
La bola bota en el green, medio metro delante de la bandera, salta por encima del hoyo y cae medio metro pasada de la bandera. Ahí aparece la magia. La bola, fruto del backspin, rueda hacia detrás directa al hoyo. ¡Eagle estratosférico!
Sergio coloca en su tarjeta un valioso -5 y así termina la segunda jornada. Es un buen resultado, ya que el viento está soplando en Pula y jugar bajo par es ya un éxito, al menos en las primeras horas de la mañana.
Sergio está metido de lleno en la pelea por el triunfo, aunque todo quedará pendiente de lo que pase en la tercera jornada, que se juega a continuación.
Tras la segunda ronda, el castellonense explicó que "voy cogiendo ritmo de competición poco a poco y sólo me falta algo de confianza. De momento, el mal tiempo no me afecta en la concentración".
