El día no empezaba precisamente bien para Carlota Ciganda. La navarra tiene una relación complicada con su despertador y los madrugones y, aunque está más que acostumbrada, eso de salir a jugar a las 8.30 de la mañana, abriendo el campo, no es exactamente su plan ideal.
En cualquier caso, más allá del esperado toque de diana a eso de las seis de la mañana, podríamos decir que el guión habitual pre-vuelta de la navarra se vio algo alterado. Apareció en Guadalmina a las 6.45 de la mañana, junto a su caddie Terry McNanamara. Era noche cerrada y el restaurante aún no había abierto. Total, ni podía calentar, ni desayunar, así que no quedó otra que mantener una agradable charla con su caddie. De más de media hora…
La paciencia es una virtud de la golfista navarra y Terry no le va a la zaga, así que tampoco iban a hacer ningún drama del asunto, al contrario. “¿Sabes qué? Creo que me podría quedar a vivir en España”, le decía McNanamara a su jefa mientras miraba el cielo aún oscuro de la Costa del Sol. El veterano caddie, que trabajó durante muchos años con la gran Annika Sorenstam y lo ganó todo, se encuentra por primera vez en nuestro país. ¿Les parece que transmite paz? Pues es aún más… Es un bálsamo fuera y dentro del campo.
Carlota tuvo que acortar su rutina habitual antes de empezar una ronda. Los habituales 45 minutos se quedaron en poco más de veinte, aunque tampoco es un problema. “Creo que con eso tengo suficiente, tampoco me gusta estar mucho tiempo antes de empezar a jugar”, confesaba la golfista de Ulzama con esa actitud siempre tan positiva de adaptarse a lo que venga.
Como ven, la jornada empezaba torcida. Si eres una jugadora que sueles llevar un estricto orden en tus rutinas, una situación así te puede alterar. No ocurrió con Carlota. Más bien al contrario. Empezó tranquila y se mantuvo paciente pese a que la ronda no empezó bien. Arrancó con bogey en su tercer hoyo (12), pero Terry la tranquilizó. “Paciencia, queda mucho”. A partir del cuatro hizo seis menos en los siguientes nueve hoyos.
La vuelta se puso en marcha gracias a una magnífica actitud y al gran funcionamiento del putter. El secreto hay que buscarlo el martes, en el putting green. Sesión de trabajo muy efectiva con su entrenador, Jorge Parada. “Estuvimos trabajando bastante y corregimos un problema que estaba teniendo en las últimas vueltas. Al hacer el backswing en el putt levantaba un poco las manos y le estaba pegando a la bola de arriba a abajo. Practicamos en arrastrar más, hacerlo más horizontal y ha funcionado muy bien. Fue una gran sesión de trabajo con Jorge”, aseguraba tras la ronda Carlota.
Finalmente, Carlota arranca el Open de España con una espléndida ronda de 66 golpes, con paciencia, muy buena actitud y un magnífico trabajo detrás. Todo empezaba con una buena charla al amanecer…
