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Los tres putts que derrumbaron al líder

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Zach Johnson iba lanzado en la segunda jornada. El norteamericano, miembro del equipo Ryder del pasado año, estaba jugando como los ángeles. Se plantó en el hoyo 16 de su vuelta con el mejor resultado del torneo en esos momentos, -3. Acumulaba en su tarjeta cuatro birdies y sólo dos boguéis. Llegó al mítico par 3 y dio un auténtico golpazo de salida. Dejó la bola a menos de un metro del hoyo. El -4 en su tarjeta estaba cantado y ponía en vilo a los que estaban en el margen de pasar el corte (los -8 como Jiménez). Pero los greenes de Augusta son así: malditos, traicioneros… Johnson tocó blandita la bola y el putt se le escapó por la derecha. Gesto de desesperación y regreso a la rutina para preparar el putt de vuelta. Zach tenía otro metro hasta el hoyo.

Inexplicablemente, bueno así son los greenes de Augusta, malditos, traicioneros…, lo falla. Tres putts, boggie donde tenía que haber hecho birdie y -2 en su tarjeta. El mazazo afectó a Johnson y de qué manera. Bogey en el 17 y en el 18 para terminar al par. Así con los greenes de Augusta. Poco después le pasó lo mismo a Justin Rose y es que son muy pocos los jugadores que no han hecho tres putts en los dos primeros días de Augusta. Han sido sólo once jugadores (Ramsay, Hamilton, Gary Player, Colin Montgomerie, Sergio García, Tiger Woods, Dean Wilson, David Howell, David Toms y Justin Rose, el mejor del torneo en los greenes, junto a Stewart Cink).