A las malas, uno puede salir del aeropuerto internacional de Adelaida con la maleta de ruedas y la bolsa al hombro e ir caminando hasta el Kooyonga Golf Club, que se estrena esta semana como sede del Open de Australia femenino, segunda parada de la temporada del LPGA Tour.
No es un decir, entre la puerta de alguna de las terminales del complejo aeroportuario y las lindes del club apenas hay seiscientos metros por el camino más corto, en línea recta, que sólo se podría hacer caminando. Es más, entre alguno de los parkings de alquiler de coches y la calle del hoyo 2, par 5, apenas hay 130 metros. A las malas, ya decimos, y si fuera de urgente necesidad, uno podría estar pegándole a la bola en el tee del hoyo 1 no más de veinte minutos después de haber recogido el equipaje…
CRÓNICA | Azahara roza el top ten en un domingo interminable en Bahamas
No será este el caso, evidentemente, de So Yeon Ryu, Ariya Jutanugarn, Cristie Kerr o Lydia Ko, las cuatro top ten del mundo presentes en la cita. Tampoco el de las cuatro españolas que en unas horas van a estar ya compitiendo: Azahara Muñoz, Belén Mozo, Beatriz Recari y Luna Sobrón. Todas ellas han iniciado la temporada moderadamente bien en el circuito norteamericano, pasando el corte en la primera cita en Bahamas, o incluso muy bien, como fue el caso de Azahara, que se quedaba a las puertas del top-ten. Buenos augurios, por tanto.
En el Open de Australia están cuatro top-ten mundiales y 18 top-50
Un torneo de ‘altos vuelos’ en todos los sentidos, puesto que están cuatro top-ten mundiales y 18 top-50, aunque faltan varias de las mejores jugadoras del mundo, entre otras la número 1 mundial, la china Shanshan Feng (que ya quedó tercera en Bahamas), la mayoría de las cuales se incorporará a la mini gira asiática del LPGA Tour (Tailandia y Singapur, las dos próximas semanas). Es el caso, por cierto, de Carlota Ciganda.
