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Olazábal, tan ricamente

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Comienza el segundo capítulo en el deseado y progresivo retorno al ciento por ciento de José María Olazábal. Él, a lo suyo: sigue probándose, midiéndose, 'exprimiendo' al fisioterapeuta si hace falta…

 

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Olazábal, durante la vuelta de prácticas de hoy

 

Desde Castellón, tras la clásica jornada de prácticas del martes, sólo podemos trasladarles buenas noticias: se le ve disfrutando de lo lindo por las calles y los tees del Club de Campo del Mediterráneo. Hoy ha jugado junto al inglés John Bickerton y se lo ha pasado en grande. muy activo, despreocupado, y sin parar de reir. A carcajadas si hacía falta. Su juego, por otro lado, parece ciertamente afinado, aunque ya se sabe que eso hay que demostrarlo a partir del jueves.

Este recorrido le trae excelentes recuerdos al jugador vasco, puesto que tiene el récord en su poder: un 61 en una vuelta del Cuatro Tours que, según algunos colegas de la prensa que fueron testigos, bien pudo haber sido un 59… Eso sí, el campo no es el mismo, es más largo. Es la tara del golf moderno, necesaria por otra parte en vista de la evolución de los materiales.

La cuestión es: ¿qué objetivo trae en la cabeza Olazábal para este torneo? ninguno excesivamente exigente, eso seguro, pero se le ve realmente cómodo. Y aunque pensara en grandes metas, tampoco lo iba a confesar públicamente así como así. Sería una tontería meterse presión gratuitamente. 

En el hoyo 11, un par 4 de 307 metros, Chema deja la bola a unos 30 ó 40 metros de green, en un rough peliagudo. Fanny Suneson, caddie de Henrik Stenson, se encuentra en ese momento en el green tomando medidas, estudiando el terreno… Chema le dice: "Fanny, yo qe tu me quitaba de ahí…" La respuesta: "no te preocupes, aunque me pegues no me va a pasar nada".

En el 17 le explica a Bickerton que este par 4 de 460 metros suele jugarse como par 5. Todos los que pasan pro ahí van teniendo bien claro que los birdies se van a vender muy caros.

Al acabar en el hoyo 18, como no, un ratito en el putting green. Las chaquetas verdes no se regalan y las veintitantas victorias sólo en el circuito europeo tampoco: Chema puede ir de charla, disfrutando y como de paseo, pero no deja de patear cada green desde distintas posiciones. Una costumbre habitual, pero que curiosamente no cumplen todos los profesionales, y estamos hablando de jugadores imberbes en algunos casos…