No hubo sorpresa en Australia. Soren Kjeldsen y Thorbjorn Olesen no dieron ninguna opción. Dinamarca conquistó la primera Copa del Mundo de su historia tras imponerse con autoridad en el recorrido Kingston Heath Golf Club de Melbourne.
La pareja danesa resistió sin titubeos pese a que no fue un día fácil. El viento amainó y las buenas condiciones de juego permitieron un auténtico maremoto de birdies. Llegaron ataques por todos los frentes, pero la nave vikinga no alteró el rumbo y llegó a puerto con éxito.
Cinco birdies en los primeros seis hoyos de la segunda vuelta, es decir, entre el 10 y 15, sofocaron la sublevación y dieron carpetazo al asunto. Jamás perdieron el mando de las operaciones, aunque en el hoyo 9 llegaron a tener un solo golpe de ventaja. Suecia, Francia, China y Estados Unidos protagonizaron los principales ataques en un domingo que fue ganando en intensidad y llegó a ponerse al rojo vivo, con varios países con opciones de asaltar el liderato. Sin embargo, el único rojo que se impuso al final fue el de los ‘Diablos’ daneses, que hicieron valer el extraordinario 60 que hicieron el viernes, la mejor vuelta de todos los tiempos en la Copa del Mundo.
España trató de meterse en el grupo de los que aspiraban a moverle la silla a Olesen y Kjeldsen. El arranque fue bueno, lo que necesitaban. Rafa Cabrera Bello y Jon Rahm se combinaron para empezar con tres birdies en los primeros seis hoyos. De repente, conseguían darse una opción. Es cierto que aún quedaba un largo camino, pero al menos abrían una puerta a la esperanza. No obstante, la maquinaria española se frenó en seco. Rafa y Rahm encadenaron seis pares seguidos y se cayeron de la lucha en una ronda donde sólo valían birdies, birdies y más birdies. Otro arreón con tres birdies más entre el 13 y el 16 situó finalmente a la pareja rojigualda (eligieron los colores de la bandera para la ronda final) en la octava posición.
Cabrera Bello y Rahm han completado una Copa del Mundo notable. No hay muchos peros. Es cierto que el regusto puede ser un poco amargo ya que dispararon las expectativas con el liderato en solitario después de la primera jornada, pero no hay mucho que objetar a su resultado final de trece bajo par con una ronda dominical de 66 golpes. En su debe quizá haya que apuntar que les faltó sacar más rendimiento a la primera ronda de fourballs y aprovechar mejor los pares 5 durante los tres últimos días. Aún así, buen rendimiento de una pareja que está llamada, junto a otros, a compartir más grandes momentos en el futuro tanto en la Copa del Mundo (siempre que quieran y entre en su calendario) como en la Ryder Cup y por qué no en los Juegos Olímpicos.
Dinamarca se impuso finalmente con un total de -20, con un sensacional birdie final de Olesen para finiquitar la exhibición con una última tarjeta de 66. La traca final. Inabordables. En segunda posición a cuatro golpes acabaron Estados Unidos, China y Francia, mientras Suecia fue quinta (fabulosa ronda final de 62 golpes de Lingmerth y Noren) e Italia y Japón compartieron la sexta plaza. Consulta aquí los resultados finales.
Olesen y Kjeldsen se han mostrado como la pareja perfecta. Thorbjon ha sido el martillo neumático, el ariete, mientras que Soren se mostró como lo que es: «un tren que siempre llega a su hora», tal y como se definió acertadamente el propio golfista nórdico. Ambos se meten en el olimpo vikingo del deporte y hacen justicia a un país que vive el golf de una manera muy especial. El Made in Denmark del European Tour es probablemente el torneo que más ha crecido en los últimos años, con una presencia de público extraordinaria y una fiesta constante. El siguiente paso que les queda es ganar un Grande. Palabras mayores. Aunque si alguien puede hacerlo es Thorbjorn Olesen…
