John Daly iba camino del green del hoyo 18 de su última vuelta en el Insperity Invitational. La victoria estaba en el bolsillo. Dos putts eran suficientes para ganar el torneo.
Antes de llegar al green se arrodilló ante las cámaras y besó el símbolo de Arnold Palmer (paraguas multicolor) que estaba pintado en el suelo. Se levantó, siguió andando hacia el green, tiró los dos putts como quien moja una galleta en el café, ganó el torneo, abrió los brazos y sus compañeros lo bañaron en champán. Una preciosa y merecida liturgia.
Daly ha vuelto a ganar y la noticia ha corrido como la pólvora. Las redes sociales se han llenado de menciones, felicitaciones, bromas más o menos agudas, frases más o menos ingeniosas. Daly es un personaje mediático. Arrastra masas. Es un jugador que lleva gente al campo. Posiblemente, es la segunda victoria más esperada por el aficionado medio al golf. La primera se la seguimos reservando a Tiger Woods.
That winning feeling.
Congrats to @PGA_JohnDaly on his first PGA TOUR Champions victory 🍾🍻 pic.twitter.com/pcIzpndb6q
— PGA TOUR Champions (@ChampionsTour) 7 de mayo de 2017
Ha sido, por cierto, una gran victoria. Ha salido como líder en la última jornada y ha tenido que aguantar muchos ataques. Ha ganado jugando bien. Nadie le ha puesto una alfombra roja. Más bien al contrario. Ha tenido que hacer 69 golpes el domingo en el recorrido The Woodlands de Texas para ganar con un golpe de ventaja sobre Tommy Armour III y Kenny Perry. Apretado. Recordando sus mejores tiempos, aquellos en los que fue capaz de ganar dos grandes (PGA Championship y British Open).
Su anterior victoria fue hace trece años, dos meses y 21 días
Daly se ha hecho de rogar. Su última victoria fue hace trece años, dos meses y 21 días. Entonces ganó el Buick Invitational y Tiger woods acabó décimo. Entre medias, y antes, su carrera ha estado más salpicada de escándalos y salidas de tonos en los torneos que de buenos golpes en los campos de golf. Lo último ocurrió esta misma temporada. Falló un putt y lanzó el palo por detrás de su cabeza, directo al lago. “Fue un error, se lo quería dar al caddie, pero me equivoqué al soltarlo. No fue queriendo. Si hubiera sido lo habría lanzado a sesenta metros partido en dos”, explicó después.
La victoria de Daly es el mayor empujón comercial que puede recibir el PGA Tour Champions, un circuito, por cierto, que tampoco necesita de grandes empujones comerciales ya que funciona de maravilla.
Miguel Ángel Jiménez (-8) es uno de los que más empeñó puso en retrasar el triunfo de Daly algunos días más. Llegó a ponerse con -10 y con opciones de meterse de verdad en la pelea por el triunfo. Sin embargo, su putt no estuvo tan brillante como ayer y además acabó con dos bogeys que hicieron imposible la machada. En cualquier caso, Jiménez acaba séptimo. Otro gran torneo. Un nuevo top ten para el malagueño… y van ya cinco consecutivos en el Champions. Consulta aquí los resultados en directo.
