El viento es el gran protagonista en las horas previas a la prueba del Gecko Pro Tour en Doña Julia, la penúltima antes de la gran final en La Reserva.
Los 88 jugadores que participarán mañana y pasado en el torneo andan más pendientes de las copas de los árboles que de su propio swing. Y no es para menos. Hoy ha soplado de lo lindo en este recorrido situado en el municipio de Casares, en el corazón de la Costa del Sol. Tanto es así que las bolas se movían en los greenes. Se han registrado rachas por encima de los 40 kilómetros por hora, algo que de repetirse mañana obligaría a suspender el juego.
En principio, la previsión anuncia un descenso de la intensidad hasta máximo 24 kilómetros por hora, pero nadie se fía. Por este motivo, el director del torneo, Pablo Mansilla, ha decidido que esta noche se rieguen los greenes y mañana por la mañana no se pasa el rulo y las cortadoras irán sin cuchillas, sólo para alisar, pero sin cortar. Hay que recordar que Doña Julia es un campo corto, extrecho y con greenes muy rápidos, por lo que el viento puede hacer mucho daño a los jugadores.
Este es el escenario que espera a los jugadores, que están apurando sus opciones para meterse en la gran final del Gecko, cita reservada a los treinta mejores del ránking. La igualdad es máxima y los cinco mil puntos que se lleva en cada prueba el ganador lo pueden cambiar todo de la noche a la mañana.
Se espera una batalla dura en Doña Julia. No en vano, se encuentra nueve de los diez mejores jugadores del ránking, con la única ausencia de Raúl Quirós. Tanto Gabriel Cañizares como Eirik Tage Johansen, ganador la semana pasada en Marbella, están a tiro del liderato de Carlos Rodiles, quien de momento aguanta como un jabato la presión de sus perseguidores.
Todos los partidos saldrán por el tee del 1, desde la 8.10 de la mañana hasta las 13.15. Uno de los más interesantes será el que reúne a Rodiles, Jason Kelly y Tatu Toivo. (Horarios de salida).
