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Para quitarse el sombrero

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Si mañana llega el presidente del Firestone Country Club y anuncia a los cuatro vientos que han decidido por unanimidad en el consejo de administración cambiar el nombre del recorrido por el de Tiger Woods, seguro que no sorprendería a nadie. El idilio del número uno del mundo con este trazado raya lo paranormal…

Tiger ganó ayer por sexta vez en su carrera el Bridgestone Invitational, un torneo perteneciente a la Copa del Mundo que, excepto un año, siempre se juega en el campo Firestone. Lo consigue además por tercera vez consecutiva (las otras tres también fueron consecutivas entre 1999 y 2001) y lo hace con una autoridad pasmosa.

Salió en el último partido del día (otro fenómeno a estudiar es la relación entre las victorias de Tiger y que salga en el partido estelar) junto a Rory Sabbatini y enseguida cortocircuitó al sudafricano. Partía en el tee del 1 con un golpe de desventaja y al paso por green del 6 ya le sacaba dos. Tiger realizó cuatro birdies en los primeros seis hoyos, mientras que su compañero de partido hacía dos bogeys y un birdie. El número 1 se ponía por delante, en la situación que más le gusta. Controló la vuelta como sólo él sabe hacer, embocó otro birdie en el 12 y salvó el resto de los hoyos con pares. Su mayor dificultad estuvo en el hoyo 9 y la solventó metiendo un putt de seis metros para par. Hubo un factor determinante: la lluvia. Con los greenes más receptivos y el rough más denso, todo lo que Woods anduvo por la calle, Sabbatini lo anduvo por el monte. Y claro, así no se puede.

Tiger se ha llevado la victoria con ocho golpes de ventaja, nada menos, sobre los segundos clasificados, Justin Rose y su compañero de viaje, Sabbatini. Y lo que lo hace más grande, firmando la mejor vuelta del día con 65 golpes.

Las estadísticas de Tiger lo dicen todo. Fue el número 1 en distancia con el drive (una media de 300 metros) y también fue el mejor en greenes en regulación. Ambos ingredientes forman un cóctel perfecto en manos de Woods. Otro dato significativo que se sale a relucir cuando Tiger está jugando bajo control: ha sido el jugador que más pares ha hecho en todo el torneo (52).

Lo cierto es que los números de Tiger en los torneos de la Copa del Mundo son asombrosos. Con el de ayer suma 14 títulos individuales, más el triunfo que logró para Estados Unidos formando pareja con David Duval. Casi nada.

La última jornada en sí misma tuvo muy poca historia, al menos en lo que se refiere a la victoria. Andrés Romero trató de inquietar a Tiger a base de birdies, pero un triple bogey en el 10 lo frenó en seco.

 

Contra la Historia

Esta victoria le sirve a Woods como lanzadera para el próximo grande, el PGA Championship que se celebra la semana que viene en Southern Hills Country Club de Tulsa (Oklahoma). Pero la Historia juega en contra de Woods: en toda su carrera, Tiger sólo ha participado en un torneo la semana antes de un grande en cinco ocasiones, y nunca ganó ambos. Lo más cerca que estuvo fue en el 2002, cuando ganó el Buick Open y quedó segundo en el PGA Championship. Pocos jugadores han conseguido esta proeza. Los más recientes son Phil Mickelson, que en el 2006 ganó el BellSouth Classic y luego el Masters; y Sandy Lyle, que en 1988 ganó el Greater Greensboro Open y luego el Masters.

Sí hay que hacer una mención muy especial a la vuelta de Sergio García. El de Borriol volvió a ofrecer una lección de pundonor, de lucha, de no rendirse nunca y buscar siempre mejorar. Hizo la mejor vuelta del día (67 golpes) después de Tiger e igualado con Rod Pampling y escaló casi treinta puestos en la clasificación. Se las arregló para acabar, una vez más, entre los 20 primeros. Estuvo especialmente brillante en la parte final de su recorrido. Empezó por el hoyo 10, hizo un birdie en el 11 y el resto pares hasta llegar al 1. Volvió a hacer un birdie, dos bogeys en el 3 y en el 4, para acabar con una secuencia de cuatro birdies en los últimos seis hoyos. Se nota que las buenas sensaciones que tenía en el Open Británico no las ha perdido y eso es una gran noticia con vistas al cuarto grande de la temporada, el PGA, que se disputa esta semana…

José Manuel Lara y José María Olazábal siguieron sufriendo los rigores del Firestone y acabaron en el fondo de la clasificación. No obstante, hay que destacar que en su primera aparición en Estados Unidos, Lara hiciera una gran vuelta de 71 golpes el primer día. Respecto a Chema, simplemente es una alegría verle competir tras la lesión que ha sufrido.

 Resultados: 

http://www.worldgolfchampionships.com/leaderboards/2007/r476/index.html