Jon Rahm (+2) no había cazado una calle en el hoyo 5 y marchaba tres bajo par. Así empezaba su participación en el Dell Technologies Championship, segundo playoff de la FedEx Cup que se disputa en el TPC Boston.
Exactamente así arrancaba una jornada que ha tenido mucho más de batalla de supervivencia que de fuegos artificiales para el golfista de Barrika. No ha sido una buena jornada de tee a green, pero ha ido manteniéndose en pie sobre el alambre como ha podido, metiendo buenos putts, haciendo notables recuperaciones, sacándose de la chistera un eagle mágico… Y así ha podido aguantar hasta que se le han acabado las vidas.
Cuando uno se coloca tres bajo par en los primeros cuatro hoyos, con un birdie excepcional en el hoyo 2 tras embocar un putt de más de diez metros y metiéndola desde el búnker para eagle en el hoyo 4, tiene todo el derecho a pensar que se encuentra ante una vuelta que puede ser muy especial. Así andaba Jon hasta que el día empezó a torcerse.
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Justo después de colocarse tres bajo par tuvo dos buenas opciones de birdie que no quisieron entrar. Rahm ha estado agresivo con el putter, tirando al hoyo, sin miedo a pasarse. Esta estrategia es como una ruleta rusa. Si sale bien, es magnífica, pero si se tuerce puede dejar muchas bajas por el camino. En el hoyo 7 caía el primer bogey precisamente por eso. Jon tiraba para birdie muy agresivo, se pasaba más de dos metros y medio y no metía el de vuelta. Era además un par 5, con lo que el dolor es un poco mayor.
Jon supo reponerse. Ya entonces se dio cuenta que más que un día especial, tocaba jornada de mono de trabajo. Sacó dos grandes pares en los hoyos 8 y 9 tras embocar desde algo más de dos metros en el primero y casi cuatro en el segundo. Seguía caminando sobre el alambre. Sin jugar bien, se mantenía con un notable dos bajo par. El putter, por cierto, estaba funcionando bien con la varilla de siempre tras la semana de descanso que le dio en el Northern Trust Open.
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No obstante, la vuelta se empezó a torcer en el hoyo 11, con un doloroso tripateo, nuevamente pasándose con el putt de birdie unos dos metros y fallando el de vuelta. Era la estrategia y había que seguirla. Cayó otro bogey en el 12, esta vez tras fallar la calle y el green. Se quedaba al par y tocaba seguir apretando los dientes.
Es lo que hizo Rahm. Tuvo una buena opción de birdie en el 13 que se escapó y después hizo malabares para llegar al par al hoyo 18. Recuperó desde el búnker en el 14 y salvó un gran par en el 16 metiendo un putt de casi tres metros. Estaba llegando a la orilla tras mucha brazada y una raza extraordinaria. Le quedaba un par 5, especialidad de la casa. Sin embargo, falló el segundo golpe, con la mala suerte añadida de que la bola se quedó injugable y tuvo que dropar. Aún se dejó un putt de poco más de un metro para bogey, pero se le escapó y firmó un doloroso doble bogey para un vuelta de 73 golpes. Sin duda, un final muy cruel para la lucha que había mostrado el jugador vizcaíno durante toda la vuelta.
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La vuelta es mala, pero al menos tiene el consuelo de que no se están haciendo resultados muy bajos. De hecho, los líderes (Chris Kirk, Beau Hossler y Keegan Bradley) están en -4, por lo que aún tiene margen de maniobra para reaccionar y meterse arriba.
De los favoritos, ha empezado muy bien Dustin Johnson (-3), mientras que Jordan Spieth (-2) también se ha colocado arriba. Rory McIlroy ha hecho el PAR tras su entrenamiento ‘vintage’ y Tiger Woods ha vuelto a sufrir con una ronda de +1.
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Sea como fuere, las condiciones de juego está siendo complicadas en Boston, por lo que cualquier resultado bajo par es casi una bendición.
