La decepción de Tiger Woods ayer tras fallar el corte en el Genesis Open era más que evidente. Sin embargo, no pierde la paciencia y mantiene la frialdad en el análisis. Sabe en qué situación está, en pleno regreso después de una larga inactividad, y lo peor que podría hacer ahora mismo es tener prisa. De momento, Tiger se lo toma con calma.
ANÁLISIS: Mucho toro para este Tigre
Los números de su corte fallado explican bastante bien dónde estuvo el principal problema de Tiger en Riviera. Es cierto que falló mucho con el drive, desde el tee, pero no fue ni mucho menos el gran agujero de su juego. El mayor lunar fueron los hierros. Ahí es donde Woods está más lejos de su mejor versión, ya que con el driver todos sabemos que nunca fue el rey de la consistencia. Así lo dicen, además, los números.
Cazó 16 greenes en los dos primeros días, la cifra más baja de su carrera en el PGA Tour
Entre las dos primeras rondas en el Genesis, Tiger cazó un total de 16 greenes, siete el jueves y nueve el viernes. Es la cifra más baja de su carrera en un torneo del PGA Tour los dos primeros días, y ha jugado ya un total de 330. Se dice pronto. Woods lo corrobora con su análisis. “El problema ahora mismo es la inconsistencia. Hoy he pegado todos mis golpes por la izquierda y además no he pateado bien. Creo que una de las señas de identidad de mi juego es que he pegado siempre a la bola muy alta con los hierros y ahora no lo estoy consiguiendo. Con los wedges estoy bien, pero con los hierros hay mucho margen de mejora. Todavía no está donde yo quiero”, aseguraba ayer tras la ronda.
«Creo que una de las señas de identidad de mi juego es que he pegado siempre a la bola muy alta con los hierros y ahora no lo estoy consiguiendo»
Ayer hizo 76 golpes y se puede decir que se juntó todo. Falló con el drive, los hierros no fueron finos y el putt tampoco acompañó. El propio Tiger tuvo sensaciones malas antes de salir a jugar. “En el calentamiento en el putting green ya tuve sensaciones malas, no estaba cómodo. Sabía que los greenes estaban muy duros y rápidos, por lo que había que estar siempre por debajo del hoyo. Quedarse por encima era una lotería y yo casi todo el día estuve por encima del hoyo…”. Otra vez falta de finura con los hierros a green. Necesitó 32 putts y firmó dos tripateos, eso sí, de los que se pueden considerar lógicos, ya que estaba muy lejos del hoyo.
«Quedarse por encima era una lotería y yo casi todo el día estuve por encima del hoyo»
Es el corte número 25 que falla en su carrera en el PGA Tour. Otra cifra para alucinar. Y mucho más si tenemos en cuenta que la gran mayoría han sido en los últimos 10 años. Así las cosas, Tiger entiende que aún debe seguir evolucionando y se lo toma con calma. Su balance general es reposado. “Hay de todo. Hay cosas con las que estoy contento y otras con las que no tanto. Por ejemplo, es estupendo poder jugar con normalidad y practicar después de cada ronda, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Hay que seguir progresando”, explica. Una gran señal.
Rory McIlroy: «Está pegando golpes suficientemente buenos para saber que muy pronto, cuando consiga encajar todas las piezas, va a estar ahí en la pelea»
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Uno de los que le vio más de cerca esta semana ha sido Rory McIlroy. El norirlandés, que jugó con él las dos primeras rondas, asegura que el juego de Tiger está mucho más cerca de lo que dicen sus resultados. “Está muy cerca, muy cerca, sólo hay que darle un poco de tiempo. Todavía tiene que arreglar algunas cosas de su equipamiento (se refiere al driver), pero está muy cerca” insistió McIlroy. “Está pegando golpes suficientemente buenos para saber que muy pronto, cuando consiga encajar todas las piezas, va a estar ahí en la pelea. Hay que ser pacientes con él y sobre todo, él debe ser paciente consigo mismo”.
