Pocos conocen mejor el swing y la evolución física y técnica de Tiger Woods en los últimos meses que su caddie Joe LaCava. Pocos mejor que él pueden hacer una disección más apropiada de lo que hemos podido ver del exNúmero 1 del mundo en los primeros 36 hoyos en Bahamas. La palabra que define su diagnóstico es “sorpresa”. Hasta LaCava alucina con el swing y el rendimiento que está ofreciendo su jefe.
El caddie no podía imaginarse una evolución tan rápida y espectacular. Sólo ha estado con él dos veces antes de empezar este torneo y cada vez su golf era mucho mejor que antes. “Hace un mes en Florida ya le estaba pegando muy bien a la bola, pero no al nivel de esta semana. Hace dos semanas, ya aquí en Bahamas, le estaba pegando mejor y más largo y estos dos días de torneo le está pegando igual de bien que la mejor vez que yo le haya visto. Es alentador”, aseguraba ayer tras la segunda jornada.
LaCava, que rechazó varias ofertas de trabajo durante estos diez meses esperando a Tiger, no oculta su sorpresa. “Es muy emocionante ver los nueve primeros hoyos que ha hecho. Jugó de maravilla. Yo incluso estaba un poco sorprendido. Todos esperamos siempre lo mejor, pero es mejor de lo que pensaba. La potencia, velocidad y distancia que está teniendo, sinceramente, pensé que tardaría un poco más en cogerla”, afirma.
Tiger Woods, por su parte, va paso a paso. Satisfecho, pero mesurado. “Calificaría la segunda ronda de exitosa. Se me dicen que iba a ir -8 después de dos días lo habría firmado. Me he sentido mucho más cómodo. He sentido la adrenalina fluir por mi cuerpo en sus nueve primeros hoyos y ha sido una experiencia magnífica”, señaló.
