Ian Poulter (-19) ha ganado el Houston Open, superando en el primer hoyo de desempate a Beau Hossler (-19), en el que el joven estadounidense firmaba un triple bogey asesino. Pero antes de llegar a este punto dramático se habían cruzado ya varios rubicones…
CRÓNICA | Poulter los tiene cuadrados
Por ejemplo, con la puesta en escena de Poulter en la ronda decisiva, pleno de determinación: cuatro menos por los primeros ocho hoyos. O con la posterior remontada de Hossler: cuatro birdies consecutivos en el último tercio de la vuelta para llegar al hoyo 72 como líder en solitario, con un golpe de ventaja sobre el inglés. Y sobre todo, con el putt de casi seis metros que Poulter embocaba en ese hoyo 72, en el 18 del Golf Club of Houston (Humble, Texas), el más difícil del campo, para forzar el play off. Al estilo Ryder. Al estilo Medinah. Con el putter de la Ryder y de Medinah en las manos, al fin y al cabo…
VÍDEO | El antológico putt de Poulter que vale un Masters
Hasta ese momento el veterano inglés había sumado cinco birdies en la vuelta, pero el putt más largo que había convertido para conseguirlos apenas llegaba a los dos metros. Es más, incluso se había dejado por el camino muy buenas opciones, sobre todo las de los hoyos 10 y 13, con putts de tres y dos metros de distancia. De nuevo se estaba apoyando en un juego de tee a green demoledor (17 greenes en regulación lo dicen casi todo), pero el impresionante y largo sprint final del refulgente Hossler (la guardería del golf norteamericana está que echa humo) le iba a aguar la fiesta y a birlar el billete a Augusta… ¿O no? En la hora de la verdad, otra vez, Ian Poulter sí enchufaría el putt decisivo. De nuevo, esa cara: los ojos a punto de salirse de las órbitas y la boca bien abierta, primero, luego enseñando los dientes…
Poulter estará en el Masters, asciende al número 29 del mundo y se coloca divinamente en la lucha por entrar en el equipo de la Ryder
Después, en el desempate, Hossler la mandaba al bunker desde el tee, de nuevo al bunker con el segundo tiro y desde allí al agua, volándose el green… Bomba desactivada. En fin, son las cosas que pasan. Y tampoco hay que ser un genio para vaticinar que este muchacho volverá a ponerse mirando cara a cara al triunfo un domingo.
Poulter estará en el Masters, asciende al número 29 del mundo y se coloca divinamente en la lucha por entrar en el equipo de la Ryder, ganando muchas posiciones en la lista de puntos del ranking mundial. Todo de una sentada. Semanas después de convertirse definitivamente en leyenda en la Ryder de Medinah (aquel sábado suyo, épico, ganando por la mañana junto a Rose en foursomes y por la tarde junto a Rory en fourballs…) Poulter ganaba el WGC HSBC Champions, y esa iba a ser hasta hoy, más de cinco años después, su última victoria en los grandes circuitos. Quién lo iba a decir. Pero este tipo de jugadores siempre recuperan la capacidad de cocinar a fuego lento el drama para luego masticarlo despacito, saboreándolo.