El final del Genesis Open ha sido de locos. El viento ha soplado con mucha intensidad en los últimos nueve hoyos de Riviera, los greenes se han puesto muy difíciles y las alternativas en cabeza entre Justin Thomas (-13) y J.B. Holmes (-14) han sido constantes. Cada putt de un metro era como caminar en el alambre sobre un precipicio. Muchos nervios, mucha tensión y mucho tiempo en el campo. Vueltas eternas a causa del juego lento, un mal endémico del PGA Tour al que sigue sin querer hincarle el diente.
En medio de este aparente caos, con muchos putts cortos errados cuando se estaba repartiendo el bacalao, ha triunfado J.B Holmes, el único del partido estelar que ha conseguido ganar al campo (70 golpes). Un enorme cortocircuito de Thomas en los greenes le abrió la puerta a la machada. Y es que le ha recortado nada menos que cinco golpes en 18 hoyos para levantar su quinto trofeo en el PGA Tour, el primero desde 2015.
Un top ten que Jon comenzará a saborear pasado mañana
Holmes ha jugado bien, aunque si hubiera que encontrar una clave para explicar el desenlace del torneo hay que irse a los greenes de los hoyos 10, 13 y 14 con Justin Thomas. En los tres, cuando aún era líder destacado, pateaba para birdie el golfista de Kentucky y salió de ellos con un parcial de cuatro sobre el par. Dos bogeys y un doble bogey. Dos tripateos y un cuatripateo. Un castigo muy severo para una vuelta final de 75 golpes, su peor última ronda desde el US Open de Erin Hills en 2017.
Thomas abrió la puerta y Holmes, un especialista, se coló de rondón. Ya lo hizo en su último triunfo, cuando remontó seis golpes a Jordan Spieth el último día para imponerse en el Shell Houston. Además, J.B. cumple con la tradición de Riviera de coronar a un pegador. Entre los ganadores de los últimos siete años están Bubba Watson (tres veces), Dustin Johnson y J.B. Holmes, tres de los principales bombarderos del golf en los últimos años.
VÍDEO | Cualquiera diría que Tiger y Rory se habían apostado algo…
Hay que decir que el final del Genesis Open fue frenético en gran parte por la sensacional carga final de Thomas para intentar arreglar el desaguisado anterior. Es impresionante la capacidad que tiene de pegar tirazos cuando no se puede permitir otra cosa. Lo hizo en el 16 y logró el birdie, lo volvió a hacer en el 17 y falló un putt de dos metros para par y también ejecutó un golpazo en el 18, pero el putt, algo más lejano, de unos cinco metros, se acabó escapando por debajo del hoyo. Mientras, Holmes metía un putt clave de par de más de tres metros en el 16 y hacía dos putts fáciles en el 18 para cerrar la victoria con un golpes de ventaja sobre Thomas y dos sobre Si Woo Kim.
Por un momento, pareció que Rory McIlroy (-11) se podía meter en la pelea por la victoria, y lo cierto es que no estuvo lejos. Se le escaparon algunas opciones muy buenas que lo podían haber colocado junto a Holmes, en la foto del torneo, y acabó haciendo bogey en el 18.
Hay que resaltar igualmente el gran torneo de Tiger Woods (-6). Ha terminado en el puesto 15º, dejando a todos una vuelta memorable como el 65 que hizo el tercer día. Su juego está engrasado y seguro que da guerra la próxima semana en el WGC México Championship.
