Desde el Día de Acción de Gracias, Jimmy Walker sufre problemas de fatiga. Siente que no tiene la misma fuerza de siempre e incluso su carácter afable se ha visto afectado por episodios de mal humor e irritabilidad. Ayer desveló el motivo: sufre la enfermedad de Lyme.
Las pruebas a las que fue sometido el miércoles de la semana del Masters de Augusta dieron positivas en este tipo de infección bacteriana que afecta a unas 300.000 personas cada año en Estados Unidos. Walker, que creyó inicialmente sufrir una mononucleosis, ha visto cómo su problema de salud es bastante más serio.
«Hemos estado en un montón de médicos», confesó Walker en la previa del Open de Texas de esta semana, un evento que ganó hace dos años. «Creo que es algo más serio de lo que pensaba con la mononucleosis», añadió.
Walker ha consultado con los doctores sobre los pasos a seguir para recuperarse. Un proceso que incluirá el uso de antibióticos. Por lo pronto, este lunes se sometió a nuevos análisis de sangre y está a la espera de los resultados para comenzar el tratamiento definitivo.
«Espero poder comenzar rápido», señaló. Eso sí, espera evitar tener que tomarse un año sabático en el PGA Tour. Por ahora, sigue con sus planes, a la espera de lo que le digan los médicos. Si hubiera comenzado con la medicación, probablemente se habría visto obligado a retirarse de un evento especial para él, que se disputa a poco más de media hora de su ciudad natal.
«Lo de descansar no se me da muy bien», confiesa Jimmy, que sufrió los primeros síntomas de la enfermedad en noviembre, aunque no está seguro si fue entonces cuando la contrajo. Sólo sabe que se produjo por la picadura de una garrapata, aunque las que hay en Texas no suelen ser portadoras de la enfermedad -aunque sí transmitirla de forma leve-.
Después del Día de Acción de Gracias Walker jugó el Hero World Challenge, donde terminó en 13º (empatado con 17 jugadores). Desde que arrancara 2017, Walker ha disputado 10 torneos pese a sufrir una enfermedad que no siquiera sabía en qué consistía. En este tiempo, su único top 10 fue el noveno puesto empatado del SBS Tournament of Champions, tras el que falló dos cortes.
«Uno se siente como si tuviera la gripe. Sin fuerzas, sin ganas de nada. Pero es algo que viene y va, como en oleadas, y nunca sabes cuándo va a aparecer», explica. La semana del Honda Classic la califica como «dura», aunque en el Masters recuerda haberse sentido mejor. «Es raro porque te pone de mal humor. Todo el mundo por ahí diría que soy un tipo sonriente y feliz, siempre dispuesto a pasar un buen rato, pero mis amigos cercanos han notado un cambio en esa actitud últimamente. No le había dicho nada a nadie sobre esto, pero sigo adelante, estoy listo para superarlo», concluye.
