Tiger Woods, ahora sí, está definitiva y oficialmente de vuelta. El escrutinio al que va a ser sometido esta semana va a ser brutal. Son 16 meses alejado de la competición, mucho tiempo, y todo el mundo quiere sacar conclusiones sobre su swing, el nuevo material y su estado físico. Se sigue con lupa su agenda y, por supuesto, se analiza su juego. Justin Rose, que jugó ayer con él nueve hoyos en el recorrido Albany de Bahamas, donde este jueves dará comienzo el Hero World Challenge, emitió el primer juicio.
«Claramente, le ha pegado muy bien a la bola. Hemos jugado con unas veinte millas por hora de viento (algo más de treinta kilómetros), con unas rachas que no perdonan demasiado y su calidad de bola ha sido muy buena», asegura Rose a modo de diagnóstico inicial. Es más, algún periodista norteamericano como Brian Wacker, que siguió los nueve hoyos, asegura que se nota más oxidado al propio Rose, que lleva siete semanas parado, que a Tiger.
Woods jugó nueve hoyos el sábado y el domingo estuvo dos intensas horas trabajando en el campo de prácticas. Después, sesión de recuperación: hidromasaje, fisioterapia y algo de gimnasio. Es otro ritmo. Tiger cumple 41 años el próximo mes de diciembre y sabe que tiene que hacer las cosas de otra manera si desea alargar su carrera al máximo.
En este sentido, Woods admitió ayer que preguntó a Derek Jeter y Tino Martínez, dos leyendas del béisbol retiradas recientemente con los que compartió partido, cuánto tiempo necesitaban para recuperarse de los partidos. «Me dijeron que cuando ya cumplieron una edad hacían tres o cuatro horas de recuperación. Y es lo mismo que yo necesito. Estuve en el gimnasio con Justin Rose (36 años) y estuvimos trabajando en lo mismo. Se necesita entre una hora y una hora y media para preparar el cuerpo para jugar. Se acabaron esos días de llegar al tee del 1 directamente y pegar drives de 300 yardas con bola balata y driver de persimon», asegura.
Tiger también se presentó con nuevo material. Tal y como ya se había avanzado en días anteriores, las maderas son de Taylormade y la bola es Bridgestone. Woods aprovechó la práctica son Rose para preguntarle algunas dudas sobre el ajuste del driver de Taylormade, marca con la que trabaja el inglés desde hace muchísimo tiempo.
Es sólo la primera toma de contacto de lo mucho que vamos a ver, leer y escuchar sobre Tiger en esta semana. El primer diagnóstico pertenece a Rose y, desde luego, tiene muy buena pinta. ¿Alguien más tiene ganas de que llegue el jueves a las seis de la tarde?
