Tiger Woods jugó ayer 18 hoyos en buggie en el recorrido Albany de Bahamas, sede esta semana del Hero World Challenge, el torneo reducido a 18 jugadores que organiza el propio Tiger y que arranca este jueves. Hoy lunes ha vuelto a jugar otros nueve hoyos, esta vez andando junto a Patrick Reed. Después de jugar ha comido y acto seguido ha vuelto al campo de prácticas. La expectación por el regreso de Tiger es altísima y se disparan las valoraciones, pero lo cierto es que todos los síntomas sobre el estado de su juego son positivos.
Ya comentó Brad Faxon la semana pasada tras jugar con Tiger, Dustin Johnson y Donald Trump que el juego del californiano andaba más que bien, superando incluso en algunos drives al propio Número 1 del mundo. La palabra más utilizada por los que han visto a Woods de cerca en el campo es sorpresa. Nadie esperaba verlo tan bien. Ni siquiera el propio Tiger. “Estoy muy sorprendido porque estoy jugando sin dolor. Hacía mucho tiempo que no me pasaba y definitivamente la vida es mucho mejor así”, comentaba ayer tras su ronda dominical.
El turno para hablar hoy sobre Tiger ha sido para Patrick Reed, su compañero de prácticas. No deja lugar a la duda. Más leña a la candela de la expectación. “Estoy impresionado con lo fluido que se ve el swing de Tiger y lo largo que va. Siempre ha sido más largo que yo, pero hoy lo he visto todavía más”, explicó.
Las sensaciones en torno a Tiger son, por tanto, muy positivas. Está jugando sin dolor, va largo y por lo que se ha podido ver hoy, su drive también está siendo muy recto. Eso sí, hablamos sólo de rondas de prácticas, sin competir y habrá que ver también cómo anda su juego corto.
Para alimentar aún más la expectación para el jueves, Tiger no ha dudado en ponerse un partido de campanillas. Jugará con el Mejor Jugador del Año, con Justin Thomas. Como para perdérselo…
